La petrolera Shell desarrolló un pequeño prototipo de tres plazas que consume 2,64 l/100 km con un motor naftero de tres cilindros. Según la compañía anglo-holandesa, a lo largo de toda su vida útil puede llegar a ahorrar un 34 % del consumo de energía primaria.
El secreto del Shell Concept Car es el uso de tecnología de punta y un proceso de “co-ingeniería” por el que su carrocería, el diseño del motor y su lubricante han sido creados juntos. Para su construcción se ha empleado la plataforma iStreamâ de Gordon Murray Design, propiedad del diseñador sudafricano Gordon Murray con pasado en la Fórmula 1.
La experiencia de Murray en la máxima categoría se ha utilizado para crear un coche ligero y resistente a los impactos. En el proceso de construcción de varios de sus componentes se empleó tecnología de impresión 3D y fibra de carbono reciclada, lo que rebaja en una cuarta parte el precio de un coche de acero convencional.
Exteriormente, la silueta del vehículo se caracteriza por ser alta y estrecha. En el interior, el conductor va en el centro y detrás se sitúan los otros dos pasajeros.
El prototipo de Shell fue sometido en un centro independiente del Reino Unido a varias pruebas para medir el consumo de combustible, en el que fue comparado con otros coches.
El resultado ha sido que el Shell Concept Car, según el ciclo NEDC, produce unas emisiones de CO2 un 28 % inferiores a un coche naftero y un 32 % a un híbrido con su motor tres cilindros.
Shell quiere compartir los logros conseguidos con su prototipo con los fabricantes de automóviles, académicos y otros expertos del sector.