Una de las cosas que siempre se le ha criticado a la Asociación Corredores Turismo Carretera es la de ser “juez y parte” al organizar un campeonato y ser el propio fiscalizador del mismo. Es por eso que en los ’90 la ACTC decidió darle transparencia al torneo por lo que creó un ente disciplinario independiente: la Comisión Asesora y Fiscalizadora del Deporte Motor.
Desde su nacimiento la CAF ha tomado todo tipo de decisiones, algunas de las cuales terminaron en una gran polémica. La más recordada fue aquella de 1999 que puso en carrera por el título a un piloto que había sido excluido de una de las competencias finales del certamen.
El protagonista de esta inusual medida fue Omar Martínez, quien se debatía por la corona con Juan María Traverso. El Gurí había terminado segundo en la competencia de Trelew, la penúltima del calendario, y con ese resultado mantenía viva la chance de derrotar al Flaco.
Pero inmediatamente después de la prueba, Raúl Marielli, comisario deportivo, excluyó al entrerriano por recibir ayuda externa durante la tercera serie. A minutos de la largada los mecánicos le retiraron el capot de su auto y le hicieron algunos ajustes al Falcon, algo totalmente prohibido en el reglamento.
Con esa sanción, Traverso se consagró campeón… Pero el festejo le duró lo que un suspiro ya que un par de días después la CAF decidió considerar “nula” la exclusión de Martínez, poniéndolo nuevamente en carrera para el cetro.
Una semana antes de que el torneo finalizara en Buenos Aires, el ente disciplinario convocó a una conferencia de prensa en la sede de la ACTC -sin la presencia de directivos de la entidad- y explicó los motivos de su decisión.
A diferencia de lo decidido por Marielli, quien determinó que la falta era grave y merecía la exclusión, la CAF opinó que la “sanción no se corresponde con los hechos”, con lo que “ante dicha infracción considerada leve, corresponde aplicar al piloto una sanción acorde con la falta” y por eso le impuso una multa de 3.000 pesos.
Según la CAF, estaba “comprobado que cuando el coche del mencionado piloto estaba en la grilla de partida para disputar la tercera serie, le quitaron la trompa y le hicieron algunos ajustes en el piso plano que aparentemente estaba flojo y podría afectar la seguridad del piloto y de los demás competidores”.
“La CAF hizo lo que correspondía. Vamos confiados a la carrera de Buenos Aires, aunque el Ford tendrá que llevar 120 kilos de lastre”, explicó Martínez, que le atribuyó el mérito de la reclasificación a su jefe de equipo, Alberto Canapino, “porque fue quien más se movió para conseguir esta medida”.
Traverso y Martínez encararon la última fecha del campeonato separados por 13 puntos con 25 en juego. Sin embargo, no hubo una gran disputa entre los candidatos por el prematuro abandono del entrerriano por la rotura del motor. Eso le dejó el cetro al Flaco, que en lugar de repetir el festejo que había realizado en Trelew, anunció su alejamiento del TC por todo lo ocurrido con la CAF.
“El TC se despistó en su conducción. Hay dirigentes que hicieron grande a la categoría, pero el error se comete por alguien que le da una letra terrible a la CAF”, dijo Traverso apuntando sus cañones a Juan Carlos Deambrosi, entonces presidente de la ACTC. Pero esa es otra historia…