La edición 2018 de las 24 Horas de Le Mans fue el marco elegido por el Automóvil Club del Oeste, promotor de esta carrera y del Mundial de Resistencia (WEC, por sus siglas en inglés), y la Federación Internacional del Automóvil para dar a conocer el reglamento técnico que entrará en vigencia a partir de 2020 y que servirá para decirle adiós a la clase LMP1 y recibir a hiperdeportivos. El objetivo del cambio, según se anunció, es “recuperar la apariencia, estilo y líneas de los coches de la primera categoría”.
Se mantendrán los sistemas híbridos y habrá libre elección del tipo de motor de combustión, aunque con un límite de potencia de 707 caballos. Para equiparar el rendimiento entre los diferentes vehículos se utilizará un sistema de consumo por rendimiento.
Los autos podrán contar con un KERS que podrá erogar hasta 272 CV como máximo y que estará montado en el tren delantero, aunque actuará sobre las cuatro ruedas para mantener el concepto de eficiencia energética que promueve la FIA. Asimismo, se confirmó que todos los autos contarán con una unidad de control de motor (ECU, por sus siglas en inglés) común para todos.
Respecto a la aerodinámica, “se buscarán líneas pulidas y estarán permitidos los dispositivos móviles, siempre y cuando sean relevantes para la industria del automóvil”. Mientras que el peso de las máquinas será de 980 kilos, mucho más que los LMP1 actuales (875 kg para los Toyota TS050 HYBRID y 833 kg para el resto de los no híbridos). Con todos estas especificaciones, los vehículos serán unos cinco segundos más lentos que en la actualidad.
Algunas de las marcas que participaron de la creación de este reglamento fueron Toyota, McLaren, Aston Martin, Ferrari y Ford, por lo que se estima que todas estarán involucradas.