
En una era donde la electrificación domina titulares y las líneas de producción priorizan lo seguro, aparece un proyecto que desobedece con estilo. Se trata del Get Lost Project Safari, una reinterpretación radical del mítico Lotus Elise S1 que, en lugar de mantenerse fiel al asfalto británico, se desata como una criatura lista para cualquier superficie. Una suerte de herejía deliciosa. Un manifiesto en forma de automóvil.
Detrás de este proyecto no hay una automotriz tradicional. Hay una visión. La de GFWilliams, reconocido fotógrafo de autos que, tras una década documentando máquinas de ensueño, decidió cruzar la línea: dejar de capturar belleza para crearla.
GET LOST: LA FOTOGRAFÍA SE TRANSFORMA EN INGENIERÍA
La marca Get Lost nace de un pensamiento inquietante pero provocador: “¿Y si un Elise se animara a ensuciarse?” Lo que podría sonar como una broma de garaje se convirtió en una pregunta incómoda para la industria y, a la vez, el punto de partida de una nueva filosofía automotriz.
Williams no lo hizo solo. Reunió a un equipo multidisciplinario compuesto por ingenieros de automovilismo, diseñadores de estudios de renombre y expertos en fabricación artesanal. El resultado: Project Safari, el primer auto de la marca, listo para romper moldes y ensuciar neumáticos.
DISEÑO: CUANDO LA IRREVERENCIA SE VUELVE ARTE
El diseño del Get Lost: Project Safari parte de una premisa insólita: rendir homenaje al Lotus Elise S1, pero sin reverencias. Aquí no hay réplica ni restomod. Hay reinterpretación. Y con actitud.
“La idea de llevar un Elise al off-road suena ridícula, y por eso mismo decidimos hacerla realidad”, dice Williams. Esa irreverencia creativa le otorgó al equipo una libertad que rara vez se ve en proyectos de esta escala.
El resultado visual es brutal y refinado a la vez: curvas heredadas del modelo original se cruzan con ángulos filosos, una toma de aire en el techo que parece sacada de un WRC moderno, y faros rectangulares hechos a medida que miran al futuro sin negar el pasado.
El interior, lejos de mantener el minimalismo original del Elise, ha sido rediseñado por completo. Aquí no hay fibra expuesta sin razón. Hay materiales nobles, ergonomía pensada para largas travesías y una ejecución que respira calidad. Todo, absolutamente todo, tiene una razón de ser.
LA MECÁNICA: UN ELISE, PERO SIN MIEDO AL BARRO
No basta con verse radical. Hay que serlo. Y en ese aspecto, Project Safari no decepciona. Está montado sobre neumáticos all-terrain y se beneficia de un sistema de suspensión completamente nuevo, que no solo aumenta la altura libre al suelo, sino también el ancho de vía. Es un auto más plantado, más robusto, más capaz.
A esto se le suma una nueva motorización -de la que no se han revelado aún todos los detalles-, pero que promete rendimiento confiable y contundente. Acompañan una diferencial autoblocante, freno de mano hidráulico y otros elementos diseñados para aumentar el grado de diversión en conducción… o, como dice la propia marca: “para que siempre quieras ir un poco más allá”.
UN VEHÍCULO CON PROPÓSITO
Get Lost no busca complacer a todos. Busca hablarle a los que entienden que el automóvil todavía puede ser un objeto emocional. No una cápsula autónoma, no un algoritmo de eficiencia. Un juguete serio.
“Esto no es un Elise modificado. Es nuestra visión de lo que esa plataforma podía haber sido”, sentencia Williams. La frase no suena arrogante. Suena honesta. Porque todo en este auto -desde el diseño hasta el chasis- está pensado con una obsesión: volver a hacer del manejo algo divertido.
¿Y AHORA QUÉ? PRODUCCIÓN, CLIENTES Y COMUNIDAD
Get Lost ya está aceptando cartas de intención de clientes, colaboradores y entusiastas que se sientan identificados con la propuesta. Las construcciones personalizadas comenzarán antes de fin de año, en ediciones limitadas.
En una industria que muchas veces parece haber perdido el rumbo entre normativas, estrategias y fórmulas seguras, este tipo de propuestas sirven como recordatorio: el auto como experiencia sigue vivo.
Y si no lo entendés, como dice su eslogan: Get Lost (vete al diablo).