En el paddock de la Fórmula 1 ya se habla en español. Hace tiempo que la Máxima dejó de ser un club privado de angloparlantes. El desembarco de Miami, el fervor de Ciudad de México y la expansión de las audiencias latinas han generado una nueva geografía de poder. Y Alpine, una escudería que en los últimos años pareció errar más que acertar, podría haber encontrado su norte en el sur.
La noticia, revelada por The Race, indica que Sergio Pérez ha mantenido conversaciones con Alpine para volver a la grilla en 2026. El mexicano, tras su salida de Red Bull a finales de 2024, ha estado alejado de la competición, pero no de los radares. Cadillac lo tiene como primera opción para su debut, pero Alpine podría ofrecerle un proyecto más competitivo desde el arranque.
El giro inesperado es que, del otro lado del box, Franco Colapinto ya está dentro del plan, al menos en versión beta: corre cinco fechas de 2025 bajo evaluación directa de Flavio Briatore, el hombre que supo poner a Fernando Alonso en el mapa y que no suele moverse sin un plan.
Y aquí es donde la historia se enciende.
FÓRMULA PERFECTA: TALENTO, EXPERIENCIA Y MILLONES DE OJOS
Un equipo con Colapinto y Pérez no solo uniría generaciones (un rookie en ascenso y un veterano con más de una década de experiencia), también atraería una masa crítica de patrocinadores y fanáticos del mercado hispanohablante, una región cada vez más cotizada para Liberty Media.
Checo, aún sin estar en la F.1 este año, sigue siendo un imán comercial. Marcas como Telcel, Claro, Interprotección y Kavak han apostado por él incluso fuera del circuito. Y del lado de Colapinto, el respaldo argentino viene con nombres pesados: Mercado Libre, YPF y Globant, entre otras.
Sumar ambos universos bajo una misma bandera podría significar una revolución comercial para Alpine. Y si hay alguien que entiende cómo convertir la pasión en dólares, es Briatore.
¿Y CADILLAC? ¿Y GASLY?
Por supuesto, la otra parte del tablero no está quieta. Cadillac, en su ingreso a la F.1 en 2026 junto a Andretti, busca un piloto con experiencia para liderar el desarrollo técnico de su primer coche. Pérez encaja perfecto. Pero, ¿puede Chevrolet ofrecerle un auto competitivo desde la fecha uno? Difícil. Y eso podría inclinar la balanza hacia Alpine, que usará motores Mercedes desde 2026, un cambio estratégico clave.
Pierre Gasly, por su parte, tiene contrato vigente para 2026, pero en la F.1 eso significa poco cuando las piezas empiezan a moverse. ¿Podría quedar relegado o incluso fuera? Si la dupla latina demuestra no solo atractivo comercial sino también rendimiento, nada está escrito en piedra.
¿UNA JUGADA MAESTRA O UN VOLANTAZO DESESPERADO?
Hay quienes dentro del paddock ven este movimiento como una estrategia de marketing disfrazada de revolución deportiva. Pero los que conocen a Briatore saben que nunca apuesta solo por la imagen. El italiano cree que Colapinto puede ser el nuevo Alonso, y ve en Pérez al líder que necesita para hacer crecer al argentino sin quemarlo antes de tiempo.
Además, Flavio no solo piensa en Alpine: piensa en la F.1 como producto. Y sabe que con Liberty Media buscando nuevos mercados, una escudería con acento latino, resultados sólidos y dos pilotos con carisma global podría ser el golpe maestro que cambie las fichas del tablero.
¿QUÉ VIENE AHORA?
Las próximas carreras serán cruciales. Colapinto tendrá hasta el Gran Premio de Gran Bretaña para convencer a Alpine de que puede ser titular. Si lo logra -y todo indica que Briatore hará lo imposible para que así sea-, el camino se allana para que Pérez lo acompañe. En ese escenario, Alpine no solo renueva su plantilla, sino que podría cambiar su lugar en el mapa político de la F.1.
¿Demasiado perfecto para ser real? Tal vez. Pero esta es la Fórmula 1, y aquí las grandes ideas muchas veces nacen de apuestas locas. Lo que parece un simple rumor podría ser, en realidad, el movimiento más inteligente del año.
