Entre 1947 y 1949, las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Mar del Plata tenían veranos repletos de adrenalina gracias a las Temporadas Internacionales. Impulsada por el gobierno de Juan Domingo Perón y organizadas por el Automóvil Club Argentino, estas competencias de Fórmula Libre realizadas en circuitos callejeros le permitían al público local ver en acción a los mejores pilotos europeos mezclados con los ases argentinos sobre los autos del tipo Grand Prix.
La temporada de 1949 es una de las más recordadas ya que ese año se dieron los primeros triunfos de corredores argentinos sobre los extranjeros. El primero en ganarles fue Oscar Gálvez (Alfa Romeo 308) al imponerse en el Gran Premio Eva Duarte de Perón realizado el 6 de febrero en Palermo bajo una lluvia torrencial; mientras que el segundo éxito albiceleste fue obra de Juan Manuel Fangio (Maserati 4CLT) tras vencer el 27 de febrero en el Gran Premio Internacional General San Martín realizado en Mar del Plata.
Aquella victoria de Fangio toma relevancia a la distancia porque fue la primera sobre un monoposto, vehículo que lo llevaría a lograr fama mundial en los años siguientes gracias a sus cinco títulos en la Fórmula 1.
El escenario de aquella victoria del Chueco fue el circuito El Torreón, de 4.045 metros, que iba desde la Playa Bristol hasta Cabo Corrientes. Tenía como eje central el Boulevard Marítimo Peralta Ramos, con la largada a la altura de la calle Quintana y el sector de abastecimientos ubicado en la rotonda del Golf.
El sentido de la carrera era hacia el sur en dirección a la bajada de la Base Naval. Luego se tomaba una horquilla a la izquierda, se pasaba frente al edificio del Yacht Club Argentino dejando a la derecha el ingreso a la Escollera Norte.
Seguía por una larga recta que incluía el túnel de las piletas con una trepada muy abrupta en sentido norte hasta encontrar nuevamente el Boulevard Marítimo. Desde allí los competidores tomaban una horquilla a la izquierda frente al Parque General San Martín para atravesar luego las calles General Roca, Peña y Primera Junta.
El día que Oscar Gálvez le ganó a los europeos
La largada ubicó al Chueco en primera fila al lado de los italianos Gigi Villoresi (Maserati 4CLT), el poleman; Alberto Ascari (Maserati 4CLT) y Nino Farina (Ferrari 125C F1 04C), quien el año siguiente se convirtió en el primer campeón de la F.1.
El triunfo de Fangio no fue sencillo. La rotura de caño de escape a poco de comenzar la competencia afectó a su máquina, pero el balcarceño se las arregló para contener el ímpetu de Villoresi, quien incluso llegó a marcar el récord de vuelta.
La lucha por la gloria se definió en la vuelta 20 al llegar a la curva del Torreón cuando el italiano y el argentino llegaron a la par. Fangio no se amedrentó por la presencia de Villoresi, quien era el gran favorito. Entró con mejor velocidad y mantuvo el primer lugar. A su rival no le quedó otra que levantar en busca de otra oportunidad, la que no llegó porque abandonó poco después por un problema mecánico.
Ascari heredó el segundo lugar, pero tampoco pudo llegar a la meta por una falla en su auto. Así Fangio se fue derecho a la victoria para alegría de las más de 300.000 personas que presenciaron la prueba. A una vuelta llegó el Príncipe Bira (Maserati) y a dos, Gálvez.
Ese año, Fangio cosechó más triunfos en la Fórmula Libre en circuitos europeos, como parte de un equipo respaldado por el gobierno y el ACA. Su victoria en 1949 en Mar del Plata no solo marcó un capítulo histórico en el automovilismo argentino, sino que también fue el preludio de una campaña legendaria que lo consagraría como uno de los más grandes pilotos de todos los tiempos.