
En el paddock del Gran Premio de Miami de Fórmula 1, el clima tropical no es lo único que eleva la temperatura. En medio de los rumores sobre su posible reemplazo por Franco Colapinto, Jack Doohan enfrenta lo que podría ser su última carrera como piloto titular de Alpine. Y lo hace con una serenidad que contrasta con el caos mediático que lo rodea.
“Me gusta que no haya vueltas. Prefiero eso a los rumores”, dijo Doohan sobre Flavio Briatore, el polémico asesor ejecutivo que regresó a la órbita de la F.1 como mano dura del proyecto Alpine. Con su estilo cortante y fama de ejecutar decisiones sin anestesia, Briatore ha redefinido el clima interno del equipo. Y mientras los resultados no llegan, los cuchillos están afilados.
UNA TEMPORADA SIN PUNTOS Y MUCHAS DUDAS

Doohan, de apenas 22 años, llegó a la Fórmula 1 con grandes expectativas. Su apellido pesa -es hijo del legendario campeón de MotoGP, Mick Doohan– y su formación en la academia Alpine lo posicionaba como una apuesta natural para el futuro.
Sin embargo, en estas primeras cinco fechas, los resultados no han acompañado: su mejor actuación fue un 13° lugar en Shanghái. En Japón, un fuerte accidente en los entrenamientos dejó más dudas que certezas. Y mientras Pierre Gasly, su compañero de equipo, también naufraga en el fondo del pelotón, las miradas recaen cada vez más sobre el piloto australiano.
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LA SOMBRA DE FRANCO COLAPINTO
Desde antes de que arrancara la temporada en Melbourne, el nombre de Franco Colapinto circula como potencial reemplazo. El argentino, actual piloto reserva y protegido del Grupo Renault, ha generado una ola de expectativa entre los fanáticos, sobre todo en América Latina. Se llegó a rumorear que debutaría en Miami, lo cual motivó a cientos de hinchas a viajar, esperanzados con una noticia que finalmente no llegó.

Pero el runrún persiste: hay quienes aseguran que tras Miami, Briatore dará el volantazo y sentará a Colapinto en lugar de Doohan. ¿Una maniobra mediática o una señal de que el cambio es inminente? Lo cierto es que Alpine necesita resultados. Y rápido.
BRIATORE: “NO QUIERO CUENTOS, QUIERO RENDIMIENTO”
El regreso de Flavio Briatore al escenario de la F.1 fue recibido con escepticismo y morbo. Condenado en el pasado por su rol en el escándalo de Singapur 2008, hoy vuelve con la bendición de Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, para ordenar el caos que reina en Enstone y Viry-Châtillon.
Briatore no perdió tiempo en marcar su estilo. Reuniones breves, instrucciones claras, exigencias extremas. Y si bien su figura genera temor, Doohan eligió abrazar el fuego en lugar de esquivarlo: “Es alguien a quien admiro desde hace mucho tiempo… quiere que me vaya bien, y me dice que me concentre en hacer lo mejor que pueda. Punto”.
EL PILOTO QUE SE REHÚSA A CAER

En un año debut lleno de ruido, Doohan parece haber entendido la regla número uno de este negocio: nunca pelearse con la prensa, pero tampoco alimentarla. Con un discurso centrado en la resiliencia, asegura que aprendió a filtrar rumores y concentrarse en su trabajo.
“Lo peor fue en enero, en pretemporada. Era lo único de lo que se hablaba. Pero aprendí muy rápido qué era verdad y qué no. No me lo tomo personal. Esto es la F.1”, explicó, mostrando una madurez inusual para su edad.
También agradeció el respaldo interno del equipo: “Incluso en los momentos difíciles, nunca me sentí afectado. Tuve un buen grupo de gente a mi alrededor, y el equipo también fue muy solidario”.
¿ÚLTIMA FUNCIÓN?
El GP de Miami puede ser recordado como un punto de inflexión para Alpine. Si el equipo vuelve a quedar fuera de los puntos y las tensiones internas siguen escalando, la presión para realizar cambios será insoportable. Briatore lo sabe. Y Doohan, también.
El destino del australiano no depende solo de su rendimiento, sino del tablero político de un equipo en crisis, de las decisiones estratégicas de una cúpula impaciente, y del empuje mediático que representa un Colapinto listo para debutar.
En la Fórmula 1 moderna, donde cada movimiento es registrado y analizado, a veces el mayor indicio de un cambio es el silencio. Alpine no ha desmentido nada. Briatore no ha declarado nada. Colapinto no ha dicho nada. Pero el ruido es ensordecedor.
Y mientras tanto, Jack Doohan sigue ahí. Con el casco puesto. Corriendo contra el cronómetro, pero también contra el tiempo.