La piloto alemana Sabine Schmitz, conocida popularmente como La reina de Nürburgring por sus hazañas en el mítico trazado teutón, falleció a los 51 años víctima de un cáncer.
Sabine nació en 1969 en Adenau, un poblado situado a solo diez kilómetros del legendario Infierno verde. De muy pequeña mostró su amor por la velocidad y eso la llevó subirse a un auto de carreras a penas pudo sacar su carnet de conducir.
Su particular fascinación por el dificilísimo Nordschleife la convirtió en toda una experta, algo de lo que sacó provecho en 1996 y 1997 cuando ganó las 24 Horas de Nurburgring sobre un BMW M3 que compartió con Johannes Scheid. De este modo se convirtió en la primera mujer en vencer en esta prueba.
También ganó el Campeonato de Resistencia VLN, que se disputa en este particular escenario en 1998; y en 2015 y 2016 corrió en las competencias realizadas allí por el extinto WTCC.
Cuando no corría igual iba a la pista germana para oficiar de chofer de aquellos que querían conocer los secretos del trazado. Según ella misma llegó a completar más de 30.000 vueltas a Nürburgring.