
Parece que la decisión de Honda de abandonar la Fórmula 1 al finalizar la temporada 2021 le abrió los ojos al equipo Red Bull, que utiliza las unidades de potencia niponas. Es que la escudería austríaca ahora evalúa seriamente convertirse en motorista, aunque la concreción del proyecto depende de muchas cosas.
La primera etapa del proyecto tiene que ver con el futuro inmediato: 2022. La idea es adquirir los derechos intelectuales de los impulsores japoneses y hacerles el mantenimiento, siempre y cuando la Federación Internacional del Automóvil confirme que congelará los desarrollos ya que esto le haría más sencilla la labor para el equipo de Milton Keynes.
La segunda etapa se concretaría en 2026 cuando se estrene un nuevo reglamento que involucraría a las plantas motrices. Si, como se presume, con la nueva normativa los motores son más sencillos y menos costos la escudería propiedad del magnate Dietrich Mateschitz aprovecharía la experiencia obtenida para crear sus propias plantas motrices.
“Si el nuevo motor es mucho más simple en diseño, se elimina el MGU-H y sigue siendo innovador, y con un costo anual de alrededor de 50 millones de euros, podríamos hacer un motor de este tipo con la estructura que tendremos en Milton Keynes”, le dijo el Dr. Helmut Marko, asesor de Red Bull, a Autosport.