A principios de la semana el Autódromo de Buenos Aires fue visitado por un representante de la categoría IndyCar, explorando la posibilidad de incluir este icónico circuito argentino al calendario de la serie estadounidense.
Encabezando la comitiva estuvo Ricardo Juncos, copropietario del Juncos Hollinger Racing, y Tony Cotman, reconocido por su rol en la seguridad del campeonato. El anfitrión fue Carlos Frugoni, presidente de Autopistas Urbanas Sociedad Anónima (AUSA), la empresa que tiene a su cargo las refacciones en el autódromo.
Esta primera inspección de Cotman se centró en evaluar las condiciones del Hermanos Gálvez ante una potencial visita del IndyCar. “El objetivo fue verificar cómo se adecua el circuito a los requisitos técnicos y de seguridad exigidos por la categoría”, le dijo una fuente a Automundo.
Recientemente, durante un evento del Top Race, la nueva administración del coliseo capitalino expresó su interés en atraer competiciones internacionales. Aunque actualmente se busca la homologación Grado 2 de la FIA para eventos internacionales, se reconoce que los estándares de IndyCar presentan requerimientos específicos que podrían permitir la realización de una carrera con adaptaciones menos estrictas.
Durante la visita, se analizaron detenidamente los circuitos N° 12 y N° 15 del autódromo, este último famoso por haber albergado el Gran Premio de Argentina de Fórmula 1 en el pasado. El N° 15 fue el que atrajo mayor interés. Esta variante utiliza el perimetral e integra los mixtos del N° 9, ofreciendo un desafío técnico y visual único para los pilotos y aficionados.
Según la fuente consultada por Automundo, los responsables del autódromo tienen un enfoque claro: “Comprender el punto de partida actual y determinar las acciones necesarias para avanzar en la posibilidad de recibir al IndyCar en Buenos Aires”.
El interés por parte del IndyCar en explorar nuevas sedes refleja el creciente atractivo internacional de la categoría y su búsqueda por expandir horizontes más allá de Estados Unidos, principalmente por el gran interés que ha provocado la participación de Agustín Canapino como piloto del JHR.
Para Buenos Aires, la inclusión de una carrera de IndyCar significaría no solo un retorno a la élite del automovilismo internacional, sino también un impulso económico y turístico significativo para la ciudad y la región.