Gracias a su triunfo en la 105ª edición de las 500 Millas de Indianápolis, Helio Castroneves se sumó a un selecto grupo de pilotos: aquellos que han ganado cuatro veces la mítica prueba, la máxima cantidad de festejos en el óvalo del Indianápolis Motor Speedway hasta ahora. El nombre del brasileño está ahora junto al de grandes leyendas del automovilismo estadounidense como A.J. Foyt, Al Unser Sr. y Rick Mears, nada menos.
Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil para el piloto de 46 años. Durante su vida tuvo varios sinsabores, algunos deportivos y otros fuera de la pista. De hecho, hasta se cambió el apellido y ganó un famoso reality de baile.
En 1993, por ejemplo, supo cuán duro puede ser el automovilismo. Aquel año perdió el título de la Fórmula 3 Sudamericana en Buenos Aires en una definición que aún se recuerda. Su verdugo fue Fernando Croceri, quien se quedó con el campeonato merced a la gentileza de varios rivales argentinos que “levantaron” sobre el final de la carrera para que la corona se quedara en la Argentina…
Tras esa derrota el entonces joven de 18 años continuó su campaña deportiva en la Fórmula 3 Británica, donde logró el tercer puesto del torneo de 1995. Ese mismo año también terminó tercero en el Master de Zandvoort.
A diferencia de muchos de sus compatriotas que buscaban llegar a la Fórmula 1, Helio decidió apuntarle a la segunda categoría de monopostos más importante del mundo en ese entonces: el CART de Estados Unidos.
Hizo escuela en la Indy Lights, la división antesala, con el respaldo de Marlboro y tras ser subcampeón en 1997 llegó a la famosa serie yanqui, donde le tomó dos años convertirse en ganador a partir de su desembarco con el legendario Team Penske.
Esas primeras victorias fueron acompañadas por un cambio importante en su vida. Para hacerle la vida más fácil a los estadounidenses decidió cambiarse el apellido que de Castro Neves pasó a ser Castroneves.
La primera gran alegría en el automovilismo le llegó en 2001 con su primer éxito en las Indy 500, en una época del automovilismo estadounidense convulsionada por la lucha entre el CART y la naciente categoría Indy Racing League, que finalmente ganó la batalla y se transformó en la actual IndyCar. En 2002 Castroneves demostró que el triunfo del año anterior no fue casualidad y repitió victoria, convirtiéndose en el primero en lograrlo después del doblete de Unser Sr. en 1970 y 1971.
En esa época no solo se hablaba de Castroneves por sus cualidades detrás del volante, sino también por su carisma y personalidad. De el brasileño destacaban, sobre todo, que no le importaba exponer sus emociones, algo que trataba de reflejar luego de cada triunfo trepándose a los alambrados que rodeaban los circuitos. De ahí su apodo de Spiderman.
Su popularidad le permitió llegar en 2007 a uno de los famosos realitys de aquellos años: Bailando con las estrellas, que ganó de manera brillante junto a la bailarina profesional Julianne Hough. Ese éxito no hizo otra cosa que incrementar su fama. De hecho, en 2008 incrementó la venta de su merchandising oficial en un 68 por ciento en relación al ejercicio anterior.
Pero no todos fueron buenos momentos. En 2009 fue acusado de evadir impuestos por más de dos millones de dólares entre 1999 y 2004. El caso involucraba, principalmente, un patrocinio de dos millones de dólares que Castroneves obtuvo de la firma brasileña Coimex y su acuerdo de licencia por cinco millones de dólares con Penske.
El mal trago quedó en una anécdota ya que a mediados de abril un jurado lo absolvió de los cargos. Por esas cosas del destino, por decirlo de alguna manera, Castroneves se tomó revancha de la mejor manera posible de todo lo sucedido: en mayo logró su tercer triunfo en Indianápolis.
En IndyCar tuvo continuidad hasta 2017 y aunque ganó varias carreras, jamás logró la corona. Sus mejores temporadas fueron las de 2002, 2008, 2013 y 2014 con los subcampeonatos. Sin embargo se sacó la espina de ser campeón en el automovilismo en 2020 en el IMSA con el cetro que compartió con Ricky Taylor.
Durante ese periodo alejado de los monopostos siempre tuvo en su agenda a las 500 Millas de Indianápolis, prueba que corrió con Penske desde su debut en 2001 hasta la edición de 2020.
Después de los tres triunfos y los dos segundos puestos de 2014 y 2017 en 2021 Castroneves aceptó el desafío de competir con el segundo auto del Meyer Shank Racing. El octavo lugar que logró en la clasificación dejó claro que el brasileño estaba en buena forma y muchos lo pusieron como candidato por su experiencia.
Los pronósticos no fallaron. El buen rendimiento de su auto y su maestría hicieron el resto: En las últimas vueltas de la extenuante prueba luchó con el español Alex Palau, a quien superó por afuera cuando solo restaban un par de vueltas. Así cruzó primero la meta, alcanzó la gloria y se metió en la historia grande de una de las competencias más importantes del mundo.