El impactante accidente que protagonizó el polaco Robert Kubica en el Gran Premio de Canadá de 2007 sigue siendo recordado como uno de los momentos más sobrecogedores en la historia de la Fórmula 1.
Aquel año estuvo repleto de sucesos memorables, desde la épica batalla entre el español Fernando Alonso y el inglés Lewis Hamilton, ambos compañeros en McLaren; hasta el controvertido Spygate entre Ferrari y el propio team de Woking. Sin embargo, el choque de Kubica dejó una marca imborrable en la memoria de los aficionados.
En la vuelta 27 de la carrera disputada en el circuito urbano de Gilles Villeneuve, el piloto de BMW Sauber intentó adelantar al italiano Jarno Trulli (Toyota) por el exterior de la pista. Lamentablemente, Kubica tocó el coche de Trulli durante la maniobra, perdiendo así el control de su monoplaza.
El auto de Kubica se desvió hacia el césped, elevándose en el aire y dejando al piloto sin posibilidad de recuperar el control. A una velocidad de más de 270 km/h, impactó violentamente contra el muro. El choque fue tan impactante que el monoplaza rebotó hacia la pista, dando varias vueltas de campana hasta golpear de lleno contra el muro opuesto.
Kubica se tomó revancha en el 2008. En Canadá logró su única victoria en Fórmula 1.El vehículo quedó completamente destrozado y de costado. Al ver las imágenes, todos temieron lo peor, pero con el paso de los minutos se confirmó que Kubica estaba consciente y podía hablar. Aunque se especuló sobre una grave lesión en la pierna, finalmente se descartó y se determinó que sufrió un esguince de tobillo.
Debido a las recomendaciones médicas, Kubica no pudo participar en la siguiente carrera en Indianápolis. Este hecho significó el debut en la F.1 del alemán Sebastian Vettel, quien era el tercer piloto del equipo BMW Sauber.
El muchacho de 19 años, largó séptimo y terminó octavo, algo que motivó a Red Bull, que apadrinaba su carrera deportiva, a darle una oportunidad en Toro Rosso esa misma temporada. El germano aprovechó al máximo la oportunidad. Demostró su valía liderando el Gran Premio de Japón y al año siguiente logró su primera victoria en la categoría en un lluvioso Gran Premio de Italia.
Esos resultados le valieron pasar a Red Bull en 2009, iniciando una etapa de éxitos y cuatro títulos consecutivos entre 2010 y 2013 que le aseguraron un lugar entre los grandes pilotos de la F.1.
Sin dudas, aquel accidente marcó un antes y un después en la trayectoria de Kubica en la Fórmula 1. Tanto los aficionados como él mismo difícilmente pueden olvidar la situación de peligro que vivió aquel día. Pero por esas cosas del destino ese incidente también resultó trascendental para que la Máxima tuviese a uno de sus grandes campeones…