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Historia

Ford vs Ferrari: Una guerra que se inició en los escritorios y terminó en la pista

La batalla entre Ford y Ferrari para ganar Le Mans en 1966 se inició con los egos de los mismos dueños: Henry Ford II y Enzo Ferrari…

La edición de 1966 de las 24 Horas de Le Mans fue un asunto de vida o muerte de muchas maneras distintas. Brutal, peligrosa y repleta de riesgos para los pilotos esta carrera era también la culminación de una guerra que se había estado librando durante tres años en las oficinas forradas de caoba y en las instalaciones de prueba de última tecnología. Era un encuentro del cual solo una de las partes podría emerger victoriosa… colmando en el proceso al rival de deliciosa miseria.

Las carreras de autos, desde luego, han visto su buena cantidad de rivalidades; batallas amargas y continuas entre talentos y egos tan grandes que no cabían tan solo en sus respectivas marcas. Pero todas las vueltas y giros que dieron las rivalidades de Ayrton Senna vs Alain Prost o James Hunt vs Niki Lauda, por citar algunas emblemáticas, no se compara con la legendaria rivalidad entre dos grandes marcas: Ford y Ferrari.

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Henry Ford II.

El choque entre estos dos titanes se inició a principios de los ‘60 y tuvo como lugar de batalla las 24 Horas de Le Mans de 1966. La consecuencia de esta “guerra” fue el nacimiento de uno de los autos más reverenciados de todos los tiempos: el icónico Ford GT40

Sobre el papel, Henry Ford II (ó “Hank the Deuce”, como era su apodo) y Enzo Ferrari estaban sentados en lados opuestos del espectro manufacturero de autos.  En realidad, cada uno quería que el otro le diera algo que había permanecido elusivamente fuera de su alcance.

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Enzo Ferrari
Enzo Ferrari.

The Deuce había heredado su enorme negocio del primer Henry Ford -su abuelo- y estaba consciente del privilegio. Para empeorar las cosas, no pudo haber heredado el negocio en peor momento. Nombrado presidente de Ford Motor Company en 1945, rápidamente se le estaban acabando los caminos. La empresa estaba cargada con enormes gastos fijos además del menor valor de sus acciones en tres décadas y una carencia de acero gracias a la post-guerra.

Como Henry Ford II le dijo a la revista The Atlantic cuando lo entrevistaron en 1947, “No podemos conseguir el suficiente acero para fabricar ni remotamente cerca a nuestra capacidad. Nuestras instalaciones para hacer autos económicos no son tan grandes como las de la Chevrolet. Ahora podemos vender todo lo que podamos fabricar… pero ellos también.  Pero algún día la oferta va a ser más grande que la demanda. No será cuestión de cuántos autos puedas hacer… sino de cuantos puedes vender.  Nuestra meta es vender más que la Chevrolet cuando llegue ese día”.

Ford vs Ferrari
Ferrari y Ford en acción en las 24 Horas de Le Mans de 1966.

Sin embargo, para hacer eso iba a necesitar una estrategia. Afortunadamente para Ford, tenía a uno de los más grandes estrategas del mercadeo…  Lee Iacocca. Su solución no era venderle a la gente la confiabilidad o lo práctico sino un estilo de vida, una imagen, una actitud… no la seguridad sino la velocidad. Para Iacocca eso significaba que Ford necesitaba convertirse en sinónimo -no solo de los autos- sino también de las carreras. El único problema era que Ford Motor Company no sabía nada acerca de las carreras de automóviles.

¿Podría Henry Ford II realmente tan solo comprar a Ferrari y con ella toda su experiencia sin par en las carreras de autos?  Resulta que cuando Iacocca sugirió la idea su tino no podría haber sido más perfecto…

La empresa Ferrari se formó oficialmente en 1947, pero Enzo Ferrari, su dueño, la había estado construyendo desde 1929. Inicialmente como el brazo en las carreras de Alfa Romeo, pero luego se independizó a finales de los 30’s.

 24 Horas de Le Mans.
Final de la edición de 1966 de las 24 Horas de Le Mans.

En los 60’s, mientras Ford luchaba por una porción del mercado del otro lado del Atlántico, Ferrari también estaba pasando por problemas financieros. Sus propios costos del equipo de carreras superaban cada vez más las ventas de sus autos a clientes de alto perfil como Clint Eastwood, Miles Davis y Roberto Rossellini.

El trato se aproximó tanto a su conclusión que cuando finalmente se deshizo, las ramificaciones se sentirían durante años. Ambos hombres se sintieron traicionados.  Ambos se sintieron insultados.

Ferrari, aunque Ford estaba contento de comprar su empresa e incrementar su alcance en los Estados Unidos, no estaba preparado para que no le permitieran que inscribiera a ningún Ferrari en las competencias locales (específicamente el Indy 500, la cual Ferrari estaba ansioso de ganar) y también se esperaba que siguiera las órdenes en lo que se refiere a competir en la Fórmula 1.

Ford, mientras tanto, estaba furioso cuando Ferrari simplemente se alejó de la mesa de negociaciones. Luego se puso a punto incandescente cuando Ferrari hizo un trato con Fiat unos cuantos meses después. Ford, en lo que a él concernía, había sido timado y le habían ganado la partida…  y ahora quería vengarse.

La lucha de Ford llegaría a su clímax -de una manera u otra- en la meta de la carrera de Le Mans en 1966. Después de que Ferrari rechazara su oferta, Ford le había instruido a Iacocca de encontrar a alguien más que pudiera construir una máquina que fuese lo suficientemente rápida y fuerte para enfrentarse a Ferrari en su propio terreno. Iacocca encontro al ex-piloto y fabricante Carroll Shelby, quien trajo consigo a su principal mecánico y piloto, Ken Miles, para que se uniera al equipo.

Henry Ford II
Henry Ford II junto a los ganadores de la carrera, Bruce McLaren y Chris Amon.

¿Podrían ellos construir un auto que pudiera enfrentarse y ganar a la fuerza de Ferrari, en una pista en donde el dominio de Ferrari parecía imbatible? Una cosa era segura, el dinero no era problema: Ford le firmó a Shelby y Miles un cheque en blanco para así poder ganarle a su máximo némesis.

Y así sucedió. Después de dos incursiones al circuito de La Sarthe que resultaron en un fiasco, las de 1964 y 1965, Ford no solo ganó las 24 Horas de Le Mans en 1966 con Bruce McLaren y Chris Amon, sino que estampó su nombre los tres años siguientes con las victorias de Dan Gurney y A.J. Foyt en 1967, Pedro Rodríguez y Lucien Bianchi en 1968 y Jacky Ickx y Jackie Oliver en 1969.

“Para Shelby y Miles fue una oportunidad única”, afirmó el actor Matt Damon, que representa a desarrollador en la película Contra lo imposible que trata sobre esa legendaria rivalidad entre Ford y Ferrari. “Se juntaron para lograr la verdadera grandeza”, agregó.

Mientras que para Christian Bale, que interpreta al piloto, la historia es aún más sencilla que eso. “Ellos estaban enfrentados a los absolutamente mejores del mundo.  Estaban enfrentados con el dios absoluto de las carreras de autos, Enzo Ferrari. Eso fue lo que esto era. Miles y Shelby dijeron algo así como ‘Bien, vamos a retar a Dios… ¡y le vamos a ganar!’”.

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