El circuito sanjuanino de El Villicum, originalmente diseñado para motos, ha sido escenario de grandes accidentes en cada visita del Turismo Carretera. Y la visita del último fin de semana no fue la excepción. Aunque su trazado ofrece un desafío atractivo, su diseño no está del todo adaptado para los TC, algo que siempre termina con autos dañados.
Las características del circuito y las dimensiones de los autos de la popular categoría generan un coctel de fierros rotos y que se minimiza ante el beneficio económico que obtiene la Asociación Corredora del Turismo Carretera con el acuerdo firmado con el gobierno sanjuanino.
La pista, pensada para los radios de giro de las motos, no ofrece las mejores condiciones para un parque de 40 autos tan grandes y con tanta potencia. Por tal motivo respetar los límites de la pista -esa superficie gris entre líneas blancas- se hace muy complicado en ciertas curvas, como la última donde siempre hay accidentes.
Un aspecto crítico del circuito son los sobrepianos y sectores de desaceleración. Creados originalmente como una medida de seguridad extra para los despistes, cada vez que corre el TC son utilizados como parte del circuito ¡con el permiso de las autoridades deportivas! Esto hace que el pelotón pase a unos metros del paredón de boxes, algo inaudito.
“Por un golpe pasamos de tener el circuito más seguro de Latinoamérica al más inseguro…”
El último domingo ese último viraje sumó cuatro autos a su ya extensa lista de magullados. En el TC Pista, Sebastian Salse y Alberto Jaime tuvieron su bautismo en ese complicado sector; mientras que en el final del Desafío de las Estrellas, Valentín Aguirre se montó al auto de Nicolás Trosset, que venía a marcha lenta, y terminó estrellándose contra el paredón. Afortunadamente, ninguno de los pilotos sufrió lesiones.
Hay dos soluciones posibles para evitar este tipo de situaciones: que el gobierno de San Juan erogue unos cuantos millones de pesos para crear las curvas que necesita el TC o que ACTC actúe como indica el reglamento y les ordene a los pilotos respeten los limites de la pista como sucede en todas partes del mundo.
De más está decir que ninguna de las dos cosas pasará y que el año próximo, cuando el TC vuelva a El Villicum, algunos autos volverán en “una bolsa”, en el mejor de los casos…
Siempre dije que este circuito tiene radios de curvas horribles y genera carreras aburridas y malas. Me quedo toda la vida con el Zonda