El mundo de la Fórmula 1 está convulsionado tras la solicitud de Cora Reutemann, hija del legendario piloto argentino Carlos Reutemann, para que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) reconsidere el título de la temporada 1981 que quedó en manos del brasileño Nelson Piquet, del equipo Brabham.
La petición se basa en una polémica bien conocida en el paddock: la suspensión hidroneumática utilizada por el equipo regenteado por Bernie Ecclestone y diseñada por Gordon Murray para el Brabham BT49C.
ANTECEDENTES DEL BRABHAM BT49C
El BT49 hizo su debut en la temporada de 1980. A pesar del protagonismo que logró Piquet con este auto, problemas de fiabilidad en momentos clave permitieron que el australiano Alan Jones se llevara el campeonato para Williams. Sin embargo, Brabham tenía grandes expectativas para el nuevo chasis.
Murray, ya acostumbrado a aprovechar los “grises” del reglamento técnico, se enfocó en contrarrestar la nueva normativa impuesta por la FISA con el objetivo de eliminar el efecto suelo, que el brazo deportivo de la FIA consideraba peligroso.
Con el fin de reducir la velocidad de los autos, para 1981 se prohibieron los faldones deslizantes con los que se lograba una mayor succión y se fijó una distancia de seis centímetros entre el borde del auto y la superficie.
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El ingeniero sudafricano creó así el Brabham BT49C, que se destacaba por tener una suspensión hidroneumática que permitía alterar la altura del auto para generar el efecto suelo cuando iba a alta velocidad, pero volvía a su altura normal cuando estaba detenido para cumplir con la normativa de los seis centímetros.
DEBUT Y PROBLEMAS INICIALES
El sistema hizo su debut en Long Beach, pero problemas de temperatura y elección de materiales causaron fallas, obligando al equipo a retirarlo y volver a una suspensión convencional. Sin embargo, entre las carreras de Long Beach y Brasil, Murray solucionó los inconvenientes y el sistema actualizado debutó en el Gran Premio de Argentina con una contundente victoria de Piquet sobre Reutemann.
En Buenos Aires, Renault, Ligier y Williams, el equipo de Lole, protestaron contra el sistema de Brabham, objetando la flexibilidad de los faldones fijos utilizados para sellar la parte inferior del coche, lo que les permitía replicar el efecto de un faldón deslizante. Sin embargo, la FISA desestimó el reclamo ya que el dispositivo no era cuestionable desde el punto de vista de la estricta letra del reglamento.
Durante el resto del año, los rivales de Brabham siguieron con las protestas, pero la FISA nunca tuvo pruebas suficientes para considerarlo ilegal.
La lucha entre Piquet y el Reutemann continuó durante toda la temporada y tuvo su capítulo final en Las Vegas, la última cita del año. El argentino terminó octavo y el brasileño quinto, resultado que le permitió quedarse con la corona por un solo punto.
La petición de Cora Reutemann para que su padre sea reconocido como campeón de 1981 plantea un dilema ético y técnico en la Fórmula 1. Aunque la suspensión hidroneumática del Brabham BT49C podría haber brindado una ventaja injusta en ciertas situaciones, su legalidad nunca fue refutada oficialmente.
La decisión final recae en la FIA, mientras el legado del BT49C y su innovadora tecnología creada por Murray continúan generando debate.