
En política, los tiempos no suelen ser casuales. Y menos en una institución como la Federación Internacional del Automóvil (FIA), donde los equilibrios geopolíticos pesan tanto como los motores. A seis meses de las elecciones presidenciales de diciembre, una veintena de clubes automovilísticos de América, entre ellos el Automóvil Club Argentino (ACA), firmaron una carta en apoyo al actual presidente Mohammed Ben Sulayem, alentándolo explícitamente a buscar la reelección. El mensaje es claro: pese a la controversia, hay sectores que quieren continuidad.
Lo que le da un matiz aún más político a esta declaración no es sólo su contenido, sino el contexto en que llega. En las últimas semanas, comenzó a circular con fuerza el nombre de Carlos Sainz, padre del actual piloto del equipo Williams de Fórmula 1 y leyenda del WRC y el Dakar, como uno de los posibles aspirantes a la presidencia de la FIA. El español, con peso en el paddock y apoyos dentro del ecosistema de la F.1, representa una alternativa que muchos dentro del Gran Circo verían con buenos ojos. Justamente lo contrario a lo que sienten por el actual presidente.
UNA FIGURA POLÉMICA, UN RESPALDO INESPERADO
Desde su llegada en 2021, Ben Sulayem rompió moldes. Se convirtió en el primer no europeo en presidir la FIA, prometiendo una modernización institucional, transparencia financiera y mayor representación para regiones tradicionalmente postergadas, como África, Asia y América Latina. Y, en buena medida, cumplió: ordenó las finanzas, profesionalizó la gestión y reposicionó a la FIA en el terreno global.
Pero su estilo frontal, y en algunos casos autoritario, le ganó enemigos. Especialmente en la Fórmula 1. El emblema de esa tensión fue el cruce directo con Lewis Hamilton, George Russell y la propia Grand Prix Drivers Association (GPDA), por cuestiones que fueron desde el uso de joyas en pista hasta el código de conducta impuesto a los pilotos para sus declaraciones públicas.
También hubo chisporroteos con Liberty Media, dueña de los derechos comerciales de la F1, cuando desde la FIA se insinuó que el valor de la categoría estaba “inflado” tras un intento de compra por parte de Arabia Saudita. Aquella declaración encendió las alarmas y provocó una respuesta furiosa de la cúpula de la F.1, que dejó en claro que la relación con Ben Sulayem era, en el mejor de los casos, tirante.
LA CARTA: UNA DEFENSA DESDE EL SUR GLOBAL
Frente a ese escenario de crecientes tensiones, el respaldo firmado por clubes como el ACA, el Real Automóvil Club de España, la Confederación Brasileña de Automovilismo y varias otras federaciones de Centroamérica y el Caribe suena más a una jugada política que a un gesto simbólico.
En el texto, los dirigentes destacan la “recuperación financiera” de la FIA bajo su mandato, la “profesionalización de la gestión”, y -sobre todo- un enfoque inclusivo que les permitió sentirse escuchados por primera vez en años.
“La recuperación lograda en menos de cuatro años es extraordinaria”, señala la carta. “Como presidentes de clubes, hemos sentido y experimentado personalmente la atención diaria que usted y su equipo han puesto en apoyarnos”.
Pero hay más entre líneas. Los firmantes reconocen que las reformas aún están en marcha, y que “cuatro años es poco tiempo” para completarlas. Por eso, le piden a Ben Sulayem que se presente a la reelección en diciembre. Un empujón político que busca reforzar su posición cuando el runrún electoral comienza a crecer.
CARLOS SAINZ, ¿EL CANDIDATO DEL PADDOCK?
Aunque aún no se ha postulado formalmente, Carlos Sainz padre es visto por muchos como el nombre que podría unificar a los sectores descontentos con la actual conducción de la FIA. Su experiencia como piloto, su presencia institucional y su buena relación con los actores clave de la F.1 lo posicionan como un perfil conciliador, pero con autoridad.
Para los equipos, que muchas veces ven a la FIA como un actor externo con poder excesivo sobre sus operaciones, un presidente más afín a la lógica del paddock sería una bendición. Y para los pilotos, cansados de las restricciones simbólicas impuestas por la actual administración, Sainz podría encarnar una apertura al diálogo.
No es casual que, ante ese posible escenario, los clubes de América salgan ahora a blindar la figura de Ben Sulayem. Porque si el juego se empieza a definir en el hemisferio norte, el sur también quiere dejar su marca en la pulseada.
Otras Autoridades Deportivas Nacionales (ADN) que han firmado el documento son los clubes nacionales de Canadá, Perú, Guatemala, Trinidad y Tobago, Panamá, Jamaica, Bahamas, República Dominicana, Uruguay, Chile, Bolivia, Puerto Rico, El Salvador, Haití, Belice y Guyana.
Es, en los hechos, un bloque. Una toma de posición. Y quizás, la primera ficha visible de un tablero que empieza a moverse con fuerza. Porque en la FIA, como en la F.1, cada decisión tiene su tiempo ideal. Y este, sin duda, lo es.