Las 500 Millas de Indianápolis, una de las carreras más emblemáticas del automovilismo, ha sido testigo de momentos históricos, no solo por las hazañas de los pilotos, sino también por las adversidades climáticas que han obligado a su aplazamiento en tres ocasiones desde su inicio en 1911.
En 1915, la Indy 500 enfrentó su primer gran desafío climático. Indianápolis fue azotada por un temporal de lluvia en los días previos a la carrera, lo que provocó inundaciones en el circuito y en las carreteras circundantes. La situación hizo imposible la realización de la competencia en la fecha originalmente programada.
La política del circuito en ese entonces prohibía la celebración de la Indy 500 el domingo, por lo que la carrera se trasladó al lunes 31 de mayo, dos días después de la fecha original. A pesar del aplazamiento, la carrera se llevó a cabo exitosamente, con Ralph DePalma (Mercedes).
En la edición de 1986 la mítica prueba enfrentó otro aplazamiento completo. Las lluvias intermitentes impidieron que la carrera se disputara el domingo 25 de mayo. Inicialmente, se reprogramó para el día siguiente, pero la persistente lluvia obligó a postergar la carrera nuevamente.
Finalmente, se llevó a cabo el sábado 31 de mayo. El día estuvo seco y soleado, permitiendo que Bobby Rahal se quedara con la victoria, superando a Kevin Cogan por apenas 1,441 segundos.
La Indy 500 de 1997 no solo es recordada por su aplazamiento, sino también por las múltiples interrupciones debido a la lluvia. La carrera estaba programada para el domingo 25 de mayo. Aunque llovió esa mañana, se decidió que los coches salieran a la parrilla a las 11:45 de la mañana, esperando que el clima mejorara. Sin embargo, solo 15 minutos después, la lluvia volvió a aparecer en gran cantidad, obligando a aplazar la carrera hasta el día siguiente.
El lunes, la carrera se inició como estaba previsto, pero tras 15 vueltas, la lluvia se intensificó nuevamente, llevando a otro aplazamiento. Finalmente, la prueba se completó el martes 27 de mayo, con Arie Luyendyk consiguiendo su segunda victoria.
Además de las postergaciones, la Indy 500 ha enfrentado varios aplazamientos parciales a lo largo de su historia de hecho en siete oportunidades (1926, 1950, 1973, 1975, 1976, 2004 y 2007) la carrera debió acortarse por las inclemencias del tiempo.
La edición 2024 de la mítica prueba debe disputarse este domingo. El pronóstico del clima indica la presencia de la lluvia en un 90%, algo que se extiende al lunes. Así que no sería de extrañar que la carrera se dispute el martes…