Revolución en pista: Así comenzó la nueva era del TC2000 con los SUV de 500 CV

“¡Esto es otro nivel!”, gritó un pibe con gorra de Toyota al borde del alambrado, mientras el rugido de los autos cortaba el aire caliente como un machete en la selva. El TC2000 no sólo volvió a Oberá después de siete años. Volvió transformado. E hizo ruido. Mucho ruido. La categoría se reinventó con SUVs de calle adaptados para competir, motores Made in Argentina de 500 caballos, aerodinámica con efecto suelo, nuevas suspensiones, neumáticos Pirelli más rápidos y un BoP inteligente que igualó la pelea entre el pasado y el futuro. El resultado fue un excelente inicio de esta nueva era.

Una multitud desafió el calor misionero para ver el nacimiento de esta renovada categoría. Y se fue con el pecho inflado de emoción, testigo del primer capítulo de un campeonato que promete cambiarlo todo.

UN NUEVO ANIMAL EN LA PISTA: EL TC2000 YA NO ES LO QUE ERA

Los autos dejaron de ser sedanes para convertirse en SUV salvajes, con 500 caballos de potencia, efecto suelo, y neumáticos más blandos que obligan a cuidar cada centímetro de goma.

Parecen bestias grandes, pero se mueven con agilidad felina. Un combo de fuerza bruta y precisión quirúrgica que no se veía en la Argentina desde hace mucho. La categoría, que supo ser la vanguardia técnica del país, se puso al día en un solo salto.

Y lo hizo en un circuito brutalmente exigente. Oberá no perdona: curvas lentas y subidas y bajadas que castigan. Era el lugar perfecto para poner a prueba la evolución.

STANG, EL PRIMER NOMBRE GRABADO EN LA HISTORIA

Emiliano Stang no es un apellido que remita todavía a gestas heroicas. Pero eso puede estar por cambiar. El joven piloto del Toyota Corolla Cross del Toyota GAZOO Racing aprovechó la inversión de grilla y largó adelante, con la presión de tener a otros pilotos de mayor experiencia respirándole en la nuca. Y no se achicó.

Soportó el ataque de Marcelo Ciarrocchi, quien inició el año con un Fiat Cronos a la espera de un SUV, resistió tras la salida del auto de seguridad. Y cuando su compañero Matías Rossi, que largó sexto, lo empezó a perseguir en “modo misil”, se defendió como un veterano. Primer podio, primera victoria. Primer nombre de esta nueva era. Así se empieza a construir una leyenda.

Al bajarse del auto, Stang no ocultó su emoción: “Quedar en la historia de la categoría y debutar con un triunfo como piloto oficial Toyota es una felicidad enorme. Largar adelante resultó una gran ventaja que pude aprovechar al máximo”.

ROSSI FUE ROSSI: INTELIGENCIA, RITMO Y PRESIÓN FINAL

El Misil de Del Viso fue el más rápido en la clasificación, que se disputó a una vuelta el domingo bien tempranito. Pero como el reglamento invitiró los seis primeros. Eso lo dejó en la tercera fila. Sin embargo, su Corolla Cross volaba. Con un auto que ya se había comportado a las mil maravillas el sábado todo le fue más fácil y fue superando a sus rivales sin demasiado esfuerzo.

A cinco vueltas del final superó a Ciarrocchi con una maniobra quirúrgica y fue en busca de Stang. No le alcanzó. Pero lo dejó claro: si alguien quiere ganar este campeonato, va a tener que luchar también con él. En Oberá sumó mucho por la pole y el segundo puesto y lidera el certamen con 27 unidades, siete puntos más que Stang.

Ya en boxes, con su serenidad habitual, analizó su domingo: “Más que nada lo disfruté porque anda rápido el auto. Un poquito lo que hablamos: si el auto va rápido, uno se divierte. Y bueno, eso es lo que pasó hoy”. Y agregó, con la claridad de quien conoce cada milímetro del auto: “Me permitió avanzar sin castigar los neumáticos, algo que sí ocurrió con los pilotos de adelante”.

CIARROCCHI, LA RESISTENCIA DE LAS VIEJAS ÉPOCAS

Mientras todos hablaban de los nuevos SUV, el Chelo Ciarrocchi se encargó de demostrar que el “viejo” TC2000 todavía tiene algo para decir. Con su sedán equipado con un motor Oreca, resistió a Stang, bancó el ritmo de Rossi y aguantó hasta donde pudo.

Todo gracias al Balance de Performance (BoP), que equilibró las prestaciones de todos los SUV con los pocos sedanes que aún hay en pista. “Los tiempos de vuelta fueron iguales y, además, yo me pude defender bien de Rossi”, explicó.

LA POSTAL DEL ALMA: TITO BESSONE OTRA VEZ EN PISTA

Pero si hubo una imagen que hizo lagrimear a más de uno, fue la de Tito. Ernesto Bessone, 67 años, campeón en el ‘96, volvió para subirse a un Volkswagen Nivus. No fue decorativo. Fue competitivo. En la previa no giró mucho por diversos problemas, pero el domingo sacó a relucir su talento y experiencia y terminó noveno, pero a costa de mucho sufrimiento ya que corrió sin frenos desde la tercera vuelta.

Verlo caminar por el paddock, casco en mano, con la gente aplaudiéndolo como a un prócer, fue volver a conectar con la historia viva del automovilismo argentino. “No me pude resistir. Esto está muy bueno. Tenía que estar”, tiró, con una sonrisa que valía oro.

LA CATEGORÍA VOLVIÓ A ENAMORAR

Oberá vibró. Literalmente. El público llenó tribunas y árboles. El viernes hasta hubo presentación con alfombra roja en la plaza de la ciudad, como en los viejos tiempos.

El TC2000 está cambiando. Pero no pierde su esencia. Porque lo que se vivió en Oberá fue más que una evolución técnica. Fue una confirmación emocional. El público, los pilotos, los equipos… todos entendieron que algo grande empezó.

La revolución SUV ya no es un sueño. Es una realidad. Y el inicio de esta historia tuvo nombre, fecha y lugar: Emiliano Stang, 4 de mayo de 2025, Oberá. Lo que viene, seguramente, será aún mejor.

RESULTADOS TC2000 EN OBERÁ