La pole position que logró el monegasco Charles Leclerc para la edición 2021 del Gran Premio de Mónaco pone a Ferrari en una inmejorable posición para lograr la victoria en la prueba más emblemática del calendario. ¿Pero cuándo fue la última vez que la Scuderia festejo un triunfo en las calles de Montecarlo? Fue en 2017 y la victoria la logró el alemán Sebastian Vettel en una carrera con algo de polémica.
En aquella oportunidad, el equipo italiano apostó todo a Vettel, quien había llegado a este compromiso al frente del torneo con seis puntos de ventaja sobre el inglés Lewis Hamilton (Mercedes).
Aunque el finlandés Kimi Raikkonen, el otro piloto de la Scuderia, aparecía como gran candidato después de largar desde la pole position al ganarle la clasificación a su coequipier por 43/1000, las prioridades del team de Maranello quedaron expuestas en el único pit stop que hicieron sus pilotos.
Raikkonen fue el primero en ingresar a boxes y sus mecánicos tardaron 3.6 segundos para cambiar los neumáticos. Los de Vettel, que fue en busca de gomas nuevas cinco vueltas más tarde, fueron más eficientes y demoraron 2.8 segundos. Así el alemán no tuvo problemas en mantener el primer puesto que había heredado tras la parada de su compañero y logró su 45º éxito en la categoría y el décimo para Ferrari en Montecarlo.
Con las órdenes de equipo prohibidas desde el GP de Austria de 2004, todas las miradas recayeron en el accionar del team italiano en las detenciones. Por eso Vettel no solo tuvo que hablar de la importancia de su triunfo, que le permitió sacarle 25 tantos a Hamilton, séptimo después de largar 13º por una mala clasificación.
“No hubo órdenes de equipo. El que va mejor posicionado de los dos tiene, normalmente, la prioridad para ingresar a boxes en la primera detención. Y si hubiese sido yo el primero, hubiese tomado esa posibilidad. En este caso ser el segundo en entrar me benefició. Realmente me sorprendió de que fuera así”, aseguró el germano.
¿Y qué dijo Raikkonen? Bueno, sus palabras no hicieron otra cosa que sembrar más dudas: “No tengo mucho que decir. Es un segundo puesto que no me deja satisfecho. Así es como son las cosas a veces. Es uno de esos días en los que consideras que deberías haber conseguido algo más… Obviamente, el equipo tuvo sus razones para pararme cuando lo hizo. Pero no soy yo el que tiene que responder”.
Más allá de esta victoria bajo sospecha, el rendimiento de Ferrari fue excelente. Con Hamilton en la mitad del pelotón, los hombres de la Rossa no tuvieron demasiado trabajo ya que el finlandés Valtteri Bottas (Mercedes) los siguió, pero sin ser un gran peligro. De hecho, el nórdico perdió el último escalón del podio ante el mejor ritmo del australiano Daniel Ricciardo (Red Bull).
Para el recuerdo quedará el curioso accidente del alemán Pascal Wherlain sobre el final de la carrera. Su Sauber terminó contra el guard-raid de Portier apoyado solamente en sus dos ruedas izquierdas después de un toque con el inglés Jenson Button (McLaren), quien volvió a la actividad para ocupar el puesto del español Fernando Alonso (prefirió correr las 500 Millas de Indianápolis).