
Si las paredes de la Fábrica Santa Isabel hablaran, contarían historias de ingenieros con grasa en las manos, autos que marcaron épocas y obreros que vieron pasar décadas de metal y revoluciones tecnológicas. Hoy, 70 años después de su fundación, la mítica planta de Renault en Córdoba no solo mira al pasado con orgullo, sino que proyecta su futuro con anuncios industriales que suenan a declaración de principios. Porque aquí no se vive de la nostalgia, se construye el mañana.
UN POCO DE HISTORIA
La historia de Santa Isabel comenzó con la visión de Henry Kaiser, un industrial estadounidense que, atraído por el programa de desarrollo industrial argentino, decidió establecer en 1955 una planta en Córdoba. La elección de esta región se debió a la presencia del Instituto de Aeronáutica y Mecánicas del Estado (IAME) y su red de empresas proveedoras, además de la cesión de tierras por parte de la familia Nores Martínez en la estancia Santa Isabel. Así nació Industrias Kaiser Argentina (IKA) , que en 1956 produjo su primer Jeep, marcando el inicio de una larga tradición automotriz.
En 1959, un acuerdo con la Régie Nationale des Usines Renault permitió el inicio de la producción de vehículos de la marca francesa en la planta. Esta alianza se consolidó en 1967 cuando Renault adquirió una participación accionaria y asumió la dirección administrativa del grupo, dando origen a IKA-Renault. Finalmente, en 1975, Renault adquirió la totalidad del paquete accionario, estableciendo Renault Argentina S.A.
A lo largo de su historia, Santa Isabel ha producido 34 modelos que se han convertido en parte del ADN cultural argentino. Modelos como el Renault 4, Renault 12, Torino, Coupé Fuego, Clio y Kangoo no solo fueron vehículos, sino símbolos de épocas y generaciones. Desde su fundación esta planta ha producido más de 3,5 millones de vehículos, consolidándose como un ícono de la ingeniería y la innovación en el país
EL FESTEJO: ALFOMBRA ROJA Y VARIOS ANUNCIOS
Un evento de esta magnitud merecía algo especial. Y lo tuvo. Una “red carpet” automotriz con 30 modelos emblemáticos salidos de Santa Isabel: desde aquellos producidos como IKA hasta los que tenía el rombo en el frente. Incluso se exhibió el legendario Papamóvil basado en una Traffic.
Pero esto no era solo un homenaje. Entre los flashes y la nostalgia, Renault Argentina, con su CEO Pablo Sibilla al frente, aprovechó para dejar en claro que la fábrica sigue viva, rugiendo con nuevas apuestas.
NIÁGARA BUSCA ROMPER EL MERCADO
El gran anuncio de la jornada fue la fabricación de la pick-up basada en el concept Niagara, un modelo que Renault quiere transformar en la nueva estrella de su gama. La inversión no es menor: 350 millones de dólares para poner a punto una línea de producción que incluirá 70 nuevos robots. Cifras que asustan, pero también seducen.
La hoja de ruta está clara: en 2025 se ensamblarán 80 unidades de preserve y en 2026 habrá otras 200 para ajuste de procesos. Se fabricarán entre 60.000 y 80.000 unidades por año, con exportación asegurada a Latinoamérica y la posibilidad de abrir nuevos mercados.
Y hay más: la Niágara tendrá una versión con cierto grado de electrificación, aunque sin renunciar al motor a combustión. Renault no quiere dar pasos en falso en una Argentina donde la electrificación total todavía parece una utopía.
LA KANGOO: EL ÉXITO QUE NO MUERE
Otro anuncio que resonó fuerte fue la confirmación de que la Renault Kangoo tendrá reemplazo. “Es un modelo líder hace 23 años, no podía quedar afuera”, aseguró Sibilla. Aún no hay fechas ni detalles, pero el mensaje es claro: la fábrica seguirá produciendo un tiempo más el furgón compacto para mantener su dominio en el segmento.
EL REGRESO DEL TREN
Si hablamos de futuro, Renault Argentina tiene una carta bajo la manga que podría cambiar la logística industrial del país. Está trabajando para que el ferrocarril vuelva a ingresar a la fábrica, como en sus primeros años. “El 90% de la traza ya está utilizable”, aseguró Sibilla, lo que permitiría reducir costos de exportación y dar un golpe de eficiencia en la producción.
UN HOMENAJE CON OLOR A NAFTA Y GLORIA
La celebración también sirvió para recordar hazañas deportivas. Se homenajeó a Oscar Mauricio Franco y Cacho Fangio, protagonistas de la Misión Argentina que en 1969 llevó los Torino a las 84 Horas de Nürburgring. Para los nostálgicos, la coupé Fuego de Juan María Traverso también tuvo su espacio, con la presencia de su hija Paula, quien recibió una placa conmemorativa.
En otro guiño a los fanáticos del automovilismo, Sibilla habló de Franco Colapinto, quien ahora es piloto de reserva y pruebas de Alpine, el equipo de F.1 de Renault. “Tener a Franco en el equipo es un regalo para los argentinos”, dijo, dejando entrever que habrá sinergias entre la marca y el joven talento para hacer conocer las propuestas de Alpine en la región.
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LA CELEBRACIÓN EN FÁBRICA SANTA ISABEL EN FOTOS
Las fotos de esta galería fueron tomadas con un moto g75 5G.