
En la Fórmula 1, nadie está a salvo. Si pensás que un asiento es seguro solo porque el contrato tiene tinta fresca, te equivocás. Jack Doohan lo sabe. Y si no lo sabe, debería. En las primeras carreras del 2025, el australiano tendrá que demostrar que merece quedarse en Alpine, porque hay un argentino esperando en los boxes, listo para saltar al asiento caliente: Franco Colapinto.
Los rumores no surgen de la nada. Oliver Oakes, el hombre a cargo del equipo francés, jamás ha negado la existencia de una cláusula que podría poner fin a la aventura de Doohan en solo cinco carreras. Y aunque durante una charla con los periodistas en las pruebas de pretemporada en Bahrein trató de desviar la atención con diplomacia, sus declaraciones dejaron más preguntas que respuestas. “No importa qué piloto seas, hay presión”, soltó Oakes, como si no hiciera falta recordarlo.
LA SOMBRA DE COLAPINTO Y LA REALIDAD DEL PADDOCK
No nos engañemos: la Fórmula 1 es despiadada. No es una serie de Netflix donde todo se resuelve con dramatismo cinematográfico y música épica. Es una industria donde cada décima de segundo puede cambiar tu destino. Colapinto tuvo un gran 2024 cuando Williams le dio la oportunidad de correr, más allá de esos errores de Interlagos y La Vegas. Esto lo consolidó como un talento emergente con un respaldo fuerte y un ejército de seguidores. Su talento no pasó desapercibido, y Alpine lo sabe. Oakes lo dejó claro cuando dijo: “Tenemos mucha suerte de contar con tres buenos reservas”, en alusión a Colapinto, el estonio Paul Aron y el japonés Ryo Hirakawa. En otras palabras: si un de los pilotos titulares falla, hay reemplazo.
Doohan no es ajeno a la presión. Hijo del legendario Mick Doohan, sabe lo que significa cargar un apellido de peso y las expectativas que conlleva. Pero la Fórmula 1 no regala oportunidades. Sus primeras cinco carreras del 2025 serán su carta de presentación definitiva. Si no entrega resultados convincentes, la escudería francesa podría darle la bienvenida al piloto argentino por el que pagó varios millones de dolares.
OAKES, LA POLÍTICA Y EL RUIDO DE FONDO

Oakes no negó ni confirmó nada. Su postura fue la de un ajedrecista que sabe que cada movimiento en el tablero tiene consecuencias. “Creo que él está haciendo un buen trabajo al bloquear el ruido y seguir adelante”, dijo sobre Doohan. Pero la verdad es que ese “ruido” es imposible de ignorar. El paddock es un hervidero de especulaciones y la prensa lo sabe. Cada fin de semana, cada sesión de clasificación y cada carrera serán un veredicto para Doohan.
En este sentido, no es descabellado pensar que Alpine ya tiene su plan B preparado. Y si ese plan B se llama Colapinto, el entusiasmo en Argentina será descomunal. El automovilismo en el país es religión y Franco es el nuevo mesías. La expectativa crece, y la presión sobre Doohan también.
¿Podrá Doohan resistir el embate de Colapinto? ¿O seremos testigos de un nuevo capítulo en la larga lista de cambios de pilotos a mitad de temporada? La respuesta, como siempre en la F.1, está en la pista. Lo único seguro es que en este deporte no hay margen para la duda. Y si Doohan titubea, Alpine no dudará en hacer el cambio que tantos argentinos anhelan.