Los inicios de la década de 1970 marcaron un hito en la historia de los vehículos deportivos en Argentina con el nacimiento de Industria Argentina de Vehículos de Avanzada (IAVA). Esta empresa, formada con capital mayoritario de los concesionarios Fiat y una participación minoritaria de la propia Fiat, tuvo como objetivo desarrollar y producir modificaciones en los vehículos estándar que comercializaba la marca italiana en ese momento.
IAVA se estableció en Fondo de la Legua 2200, en Martínez, Buenos Aires. Contaba con emplazamientos de Ingeniería y Desarrollo en la calle Blanco Encalada, en la localidad de Beccar, provincia de Buenos Aires; y otro en la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe. Estos centros de desarrollo fueron fundamentales para el éxito técnico e industrial de la empresa.
IAVA ofreció vehículos potenciados y personalizados a partir de automóviles de serie, lo que resultó en una vistosa combinación de vehículo deportivo a un costo accesible. Esta fórmula fue muy exitosa no solo en Argentina, sino también en países vecinos de la región como Chile, Uruguay, Paraguay, Perú y Ecuador.
El primer proyecto de IAVA se realizó sobre el Fiat 128, dando lugar al Fiat 128 IAVA 1100. Las modificaciones realizadas no solo abarcaban el interior del vehículo, con asientos, tablero y volante personalizados, sino también el exterior y la mecánica. El motor alcanzaba los 71 HP, incorporaba una suspensión deportiva, frenos mejorados, y una pintura de colores vivos con logos y franjas distintivas. Este modelo marcó el inicio de una serie de innovaciones que definirían a IAVA.
Otro modelo destacado fue el Fiat 147 Sorpasso, conocido por ser el auto nacional más rápido de su época. IAVA también desarrolló versiones del Fiat 133, como el Fiat 133 IAVA y el Fiat 133 Top. Cada uno de estos modelos reflejaba el compromiso de la empresa con la calidad y el rendimiento.
El modelo que más repercusión tuvo fue el Fiat IAVA TV 1300 Europa. Basado en el Fiat 128, este modelo se fabricó entre 1978 y 1981 y presentó una línea distintiva que cruzaba el vehículo de punta a punta, con una insignia pintada dentro de la misma. La franja en degradé y el spoiler delantero con faros rompeniebla le otorgaban un aspecto agresivo y deportivo. En el interior, el tapizado exclusivo con cuadrillé y cuerina negra destacaba el compromiso de IAVA con los detalles. Disponía de motores de 88 y 102 HP, ambos de 1300 cm³, que ofrecían un rendimiento notable para la época.
La creatividad de IAVA no se limitó a los automóviles de serie. La empresa creó un buggy llamado Kikito Buggy, del cual se produjeron menos de 25 unidades. Además, desarrollaron dos prototipos tipo berlinetta, un motor para lanchas sobre una estructura SSB, y un prototipo para la firma Mara. También diseñaron un motor para equipar a un vehículo de fórmula nacional, demostrando su versatilidad e ingenio en diversos campos automotrices.
A pesar de su éxito y la innovación constante, IAVA presentó su quiebra formal en 1985. Sin embargo, su legado perdura en la memoria de los aficionados y en la historia de la industria automotriz argentina. Los vehículos IAVA no solo representaron una era de creatividad y pasión, sino que también demostraron que la combinación de talento local y visión internacional puede dar lugar a productos icónicos.
