Mientras los constructores de automóviles de todo el mundo compiten para fabricar un coche volador, el checo Pavel Brezina ha preferido buscar otra solución con su GyroDrive, un minihelicóptero que puede rodar en carretera.
El GyroDrive, construido sobre la base de un gyroplano (minihelicóptero), tiene un rotor que puede subir y bajar y una hélice trasera para la propulsión.
La compañía de Brezina compra giroplanos fabricados en Alemania y luego les añade un sistema para pasar de un motor de gasolina para volar a otro eléctrico para andar por carretera.
Sobre el asfalto, el GyroDrive, que tiene dos plazas, puede viajar a un máximo de 40 km/h en trayectos cortos. Sin embargo, no puede circular por autopista, donde la velocidad mínima es de 80 km/h.
El vehículo resiste al viento, la lluvia y a la nieve y necesita unos cien metros para despegar. En el aire puede alcanzar un máximo de 180 km/h con un radio de acción de 600 kilómetros.
Para pasar del modo terrestre al modo aéreo hay que inmovilizar el rotor principal y no olvidarse de poner la matrícula en su sitio. El precio de venta inicial del GyroDrive es de 57.000 euros, pero puede subir hasta 151.000 euros según las opciones.