Ferrari inició un procedimiento judicial en contra de la organización benéfica británica Purosangue Foundation para que deje de utilizar en exclusiva el término “purosangue” (purasangre, en castellano).
El objetivo de la marca del Cavallino Rampante es que esta organización deje de usar esta denominación en sus productos, puesto que, en su opinión, “no ha hecho un uso comercial suficiente del nombre para garantizar la exclusividad”.
Esta fundación deportiva sin ánimo de lucro escogió este término para reflejar su trabajo en contra del dopaje en el deporte, ya que dicha palabra significa literalmente sangre pura.
El conflicto radica en que la automotriz italiana ha elegido la denominación “purosangue” para nombrar a su primer vehículo todocamino, que saldrá a la venta previsiblemente en 2022.
Ante esta situación, la organización benéfica aseguró que esta palabra se registró como marca para ropa y otros productos en 2013 y resaltó que intentó mantener conversaciones con la compañía del Cavallino Rampante, pero que decidió registrar la marca al no haber alcanzado ningún acuerdo.
Ferrari no quiso hacer comentarios sobre este proceso judicial cuya vista tendrá lugar en Bolonia (Italia) el próximo de marzo; mientras que el entrenador, ex atleta profesional y fundador de la organización benéfica, Max Monteforte, aseguró que no se iba a asustar por esta situación, incluso sabiendo que se enfrentan a una de las marcas “más importantes del mundo”.
“Es una injusticia. ¿Por qué debemos renunciar a nuestra identidad? Deberían haberlo verificado primero. Somos pequeños, por lo que es difícil defender nuestra marca, pero estamos haciendo un trabajo importante”, aseguró Monteforte.