Ocho meses. Ese es el tiempo que ha pasado desde que Flavio Briatore regresó al mundo de la Fórmula 1, pero no solo para hacer una aparición fugaz. El magnate italiano volvió con una misión clara: llevar al equipo Alpine, creado sobre las bases de sus queridos Benetton y Renault, a los primeros planos de la Máxima. Pero detrás de su regreso hay algo mucho más grande que una simple operación de marketing o nostalgia por tiempos de gloria. No, Briatore quiere ganar nuevamente, y está dispuesto a hacer lo que sea necesario para lograrlo, sin importar lo que piense el paddock.
No podemos ignorar el elefante en la habitación: el pasado de Briatore en la F.1. Para muchos, su nombre está irremediablemente vinculado al Crashgate de 2008, el escándalo que sacudió a la Fórmula 1 cuando instó a Nelson Piquet Jr. a estrellarse deliberadamente en el Gran Premio de Singapur para beneficiar a Fernando Alonso, su compañero en Renault. Esa jugada sucia le costó a Briatore una expulsión de por vida del deporte. Sin embargo, la sanción fue revocada en 2010, y el magnate encontró la puerta abierta para un regreso que pocos esperaban.
Tras 15 años fuera de la F.1, Briatore se encontró observando las carreras desde la distancia, con una mezcla de nostalgia y frustración. El equipo que había construido, que había convertido en campeón del mundo, parecía haber perdido su rumbo. Eso fue lo motivó a llamar a Luca De Meo, el CEO de Renault. Lo que comenzó con una charla telefónica terminó en una reunión y una propuesta que Don Briatore no tardó en aceptar: hacerse cargo de la escudería, como en sus años dorados.
Briatore tenía una condición no negociable: él debía estar al mando, con control total. Y fue así como el empresario italiano, respaldado por su visión y su ambición, comenzó a reorganizar Alpine con un solo objetivo: la victoria.
En cuanto a los cambios internos, Briatore no se anduvo con rodeos. Después de la salida de Bruno Famin a mitad de la temporada pasada, Oliver Oakes fue nombrado director del equipo. “Es joven, ambicioso, conoce el negocio y vive a 20 minutos de la fábrica”, explica Briatore a Motorsport sobre su elección. Es un líder pragmático, que sabe que el éxito no se consigue de la noche a la mañana. “Cuando construyes una casa, necesitas a alguien para los cimientos. No tenía sentido poner un techo si todo lo demás se iba a venir abajo”.
La estructura de Alpine se está transformando, pero Briatore es consciente de que la clave para el futuro radica en la experiencia y la cohesión del equipo. De cara a 2026, cuando Alpine contará con los motores Mercedes, el objetivo es claro: “Si todos trabajan juntos, creo que en 2026 es posible estar ganando carreras y en 2027 luchando por el campeonato”.
Ahora bien, otro de los puntos clave en la fórmula de Briatore para el éxito son los pilotos. Pierre Gasly y Jack Doohan son los encargados de llevar las esperanzas del equipo en la pista este año, pero Briatore no oculta que el banco de reservas es amplio con Franco Colapinto, Paul Aron y Ryo Hirakawa. “Si un piloto no rinde, Alpine tiene opciones para sustituirlo”, comenta con pragmatismo. La alineación de pilotos es un juego de ajedrez, y Briatore sabe que las decisiones de este tipo son esenciales para lograr la victoria.
Si algo define a Briatore es su capacidad para tomar decisiones difíciles, incluso cuando su imagen está en juego. No se trata solo de ganar carreras, sino de construir una estructura sólida que pueda sostener la presión de la F1. “Si tienes dos pilotos, la elección es entre dos pilotos. Si tienes cinco, la elección es entre cinco”, explica, dejando claro que Alpine tiene opciones y que no tiene miedo de hacer cambios si es necesario.
Es cierto que la historia de Benetton y Renault en la Fórmula 1 estuvo marcada por una gran capacidad para atraer talento y construir equipos ganadores, pero también estuvo plagada de desafíos y riesgos. Briatore, al igual que en sus días de gloria, está dispuesto a arriesgarse para obtener la recompensa. “En Benetton, el actor era Michael Schumacher; en Renault, el actor era Fernando Alonso. Ahora tenemos que hacer otra película, pero aún no sabemos quién será el actor”.
No ha dudas. El regreso de Flavio Briatore a la Fórmula 1 no es una mera casualidad ni una jugada desesperada. Es un plan bien pensado, ejecutado con precisión y una visión a largo plazo. Alpine está en sus manos, y Briatore tiene claro que la única forma de alcanzar la cima es haciendo las cosas a su manera. A través de decisiones audaces y una profunda comprensión del negocio, está llevando al equipo a una nueva era.
La historia está lejos de estar escrita, pero lo que es seguro es que el magnate italiano tiene la ambición de volver a reinar en la Fórmula 1. Y si alguien sabe cómo hacer eso, ese es él.
