El accidente que sufrió el austríaco Niki Lauda en el Gran Premio de Alemania de 1976 le puso fin a las carreras de la Fórmula 1 en la legendaria variante norte de Nürburgring. Así fue que en 1977, Hockenheim tomó la posta y se convirtió en la nueva sede de los GP’s germanos de ahí en más. Pese a que la carrera se había afianzado en el nuevo escenario, los responsables del circuito emplazado en la región de Eifel se habían propuesto hacer todo lo necesario por volver a recuperar a la Máxima.
Con mucho sudor, esfuerzo y dinero en 1981 comenzaron con las obras para crear un trazado de poco más de 4,5 kilómetros -muchos menos que los 22 km del Nordschleife- en el inmenso predio cercano al castillo de Nurburg. Se lo bautizó como “Grand Prix Strecke” o “Pista de Gran Premio” y se la inauguró el 12 de mayo de 1984 con una singular competencia entre pilotos que corrían en ese momento en la F.1 y otras estrellas que habían transitado por la categoría.
Foto: Gentileza Archivo de Mercedes-Benz Classic.La idea no solo era estrenar de manera oficial la pista, que en octubre iba a volver al calendario como sede del GP de Europa, sino también promocionar el “espíritu racing” del Mercedes 190E. Este modelo, que se había presentado dos años antes, montaba un motor 2.3 litros desarrollado por Cosworth que erogaba 186 caballos de potencia.
La lista de participantes estuvo encabezada por el propio Lauda, el australiano Alan Jones, el francés Alain Prost, el finlandés Keke Rosberg, el inglés John Watson y el italiano Elio De Angelis. A ellos se sumaron otros corredores que ya no estaban en actividad, como el australiano Jack Brabham, los ingleses Stirling Moss, James Hunt y John Surtees, el sudafricano Jody Scheckter, el estadounidense Phil Hill, el neocelandés Denis Hulme y el argentino Carlos Reutemann.
A la cita faltaron el brasileño Emerson Fittipaldi y el estadounidense Mario Andretti, quienes se estaban preparado para correr las 500 Millas de Indianápolis. El lugar de Emmo fue ocupado por un compatriota suyo que había debutado ese mismo año en la F.1 con cierto suceso: un joven de nombre Ayrton Senna, quien llegó al circuito en compañía de Prost…
“La gente de Mercedes me pidió si podía esperar a Ayrton en el aeropuerto. Había una diferencia entre nuestros vuelos de entre 10 a 15 minutos y como tenía un auto lo espere para llevarlo al Nürburgring. Fue la primera vez que hablamos, fue un viaje largo, por lo que tuvimos mucho tiempo para hablar”, dijo el francés sobre ese primer encuentro.
Por esas cosas del destino, Prost y Senna fueron los grandes protagonistas de la competencia. El experimentado piloto se aseguró la pole position; mientras que el novel talento se acomodó en el tercer lugar de la grilla detrás de Reutemann.
En la carrera el francés y el brasileño se vieron cara a cara. Senna largó mejor y le arrebató el primer lugar a Prost, quien luego aseguró que su adversario se adelantó en la partida. La pelea terminó en un toque y con el francés retrasado en el pelotón (¿eso les recuerda algo?). Esta disputa se produjo solo unas semanas antes de que ambos lucharan por el triunfo en el lluvioso GP de Mónaco en la que fue la primera de las tantas batallas que protagonizaron luego en la F.1.
Senna no tuvo inconvenientes para ganar la prueba, que fue a 12 vueltas. En el podio lo acompañaron Lauda, que arribó a poco más de un segundo del vencedor; y Reutemann, que terminó a tres segundos y tuvo la posibilidad de demostrar que sus cualidades seguían intactas pese a jubilarse de la F.1 en 1982.
Para Lole, que quedó en la historia como el último ganador de un GP completo en el viejo Nürbugring al imponerse en la edición de 1975, fue un poco volver a sus raíces al volver a conducir de gran forma un auto de Turismo como lo había hecho en sus primeros años en la Argentina.