A lo largo de toda su historia el Turismo Carretera debió enfrentarse con todo tipo de problemas. En el período que fue de 1974 a principios de 1980 los inconvenientes fueron, además de numerosos, graves ya que ante muchos de ellos el TC estuvo cerca de desaparecer.
Esta etapa se inició con un duro enfrentamiento con la Confederación Argentina de Automovilismo Deportivo (CADAD) del Automóvil Club Argentino que llegó a retrasar el inicio del torneo de 1974 porque los pilotos agrupados en la Asociación Corredores Turismo Carretera boicotearon las competencias organizadas por la CADAD, que muchos años después se reconvirtió en la Comisión Deportiva Automovilística (CDA). Tal fue la gravedad del conflicto que tuvo que intervenir la Subsecretaría de Deportes para destrabarlo.
Pero está visto que el TC es una categoría fuerte, poderosa y con convicciones tales que hacen aparecer como débil cualquier intento por destronarla o quebrantar su imagen.
De este modo, cobrando fuerza en los momentos difíciles, fue hilvanando su trayectoria con la doble responsabilidad, ya que muchos pilotos debieron afrontar la parte dirigencial, un rubro en el que muy pocos tenían conocimientos sólidos.
La política equivocada y algunos intereses que chocaban con la popularidad de la categoría fue sumiendo al TC en un pozo, y cuando, por obra de esos intereses, se disponían a taparlo con tierra por su incapacidad, la ACTC redobló esfuerzos. Un ejemplo fue lo ocurrido cuando Plinio Abel Rossetto y un grupo de animosos enfrentó la realidad de una disposición reglamentaria absurda fundando la ACTC. Como otros tantos, los pilotos debieron salir a luchar por sus intereses…
Pero más allá de algunos enfrentamientos internos, derivados de los mismos intereses y defendidos según la interpretación particular de cada uno de los involucrados, la revolución fue tomando formas. Y en medio de las encendidas discusiones en reuniones que no siempre terminaban en paz, aunque en el fondo todos tuvieran la misma idea, se fue gestando la independencia del TC.
La génesis de esa “libertad” comenzó a los pocos días de iniciarse el 1979, cuando el ACA desistió de dar a conocer el calendario del TC a causa de las diferencias que había con los representantes de la ACTC para darle forma al reglamento técnico para tratar de posicionar a los autos con motores de dos litros en desmedro de los tradicionales de tres litros que usaba la división.
El ACA presentó su ideal de estatuto, pero fue rechazado por la agrupación de pilotos. Por eso la primera carrera del campeonato, pactada para marzo en Coronel Pringles, fue cancelada por la falta de inscriptos.
Repentinamente solos, casi en la orfandad en todo lo referente a organización y fiscalización de sus propias pruebas, la ACTC, con el apoyo pleno de algunos militares de alto rango en el gobierno, declaró oficialmente inaugurada su etapa de independencia el 20 de mayo de 1979 en el autódromo de Buenos Aires y con una cuarentena de máquinas. La victoria de esa carrera tan importante quedó para Héctor Luis Gradassi, con un Ford Falcon oficial.
“Somos conscientes de que la tarea será ardua y sacrificada, pero también sabemos que pondremos lo mejor de nuestro esfuerzo. Queremos demostrarles a quienes piensan y dicen que no saldremos adelante por carecer de la suficiente capacidad directriz para solucionar los problemas que la ACTC puede fiscalizar su propia actividad”, dijo Octavio Suárez, presidente de la ACTC, para proclamar esa autonomía que tanto se pedía.
“No queremos abundar en palabras y sí en hechos El tiempo será testigo. La categoría irá para adelante y no la detendrá nadie”, completó el piloto-directivo, que no se equivocó en su pronóstico, algo que se puede ver claramente en la actualidad.
EL NACIMIENTO DEL TC2000
Sin chance de llegar a un acuerdo con la Asociación Corredores Turismo Carretera, el Automóvil Club Argentino no puso demasiadas trabas para que el TC siguiera su propio camino. Eso sí, decidió ocupar su lugar con otra categoría con un reglamento técnico apto para los vehículos que se estaban comercializando a fines de la década de 1970, que se caracterizaban por tener motores más chicos que los TC, de 1.600, 1.800 y 2.000 cm3. Sí, ese fue el nacimiento del TC 2000.