La intensa rivalidad entre la Asociación Corredores Turismo Carretera y el Automóvil Club Argentino por el poder deportivo en la Argentina suma un nuevo capítulo. Y esta vez con el TC2000, la categoría emblema del ACA, en el centro de la controversia.
El pasado 26 de marzo, la ACTC registró en el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual la marca “Turismo Carretera 2000“, desatando nuevas tensiones con el ACA y el propio TC2000.
Esta situación hizo que Auto Sports SA, propietaria de la marca TC2000, presente una reclamación argumentando que la denominación es “evidentemente confundible” con cuatro marcas existentes que están en su poder: Súper TC2000, TC2000 Next Generation, TC2000 SUV y, obviamente, TC2000.
Durante el fin de semana del Turismo Carretera en Toay se rumoraba que la dirigencia de la ACTC había mantenido reuniones con Roberto Valle y Alejandro Reggi, propietarios de equipos en el TC2000, para discutir detalles sobre sus intenciones.
Este modus operandi recuerda a la estrategia utilizada por la ACTC hace unos meses al crear la Fórmula 2, reclutando a equipos que anteriormente competían en la Fórmula Nacional, telonera del TC2000.
Es evidente que la ACTC busca consolidar su dominio en el deporte motor argentino. Sin embargo, también es evidente la falta de acción por parte del ACA, entidad que ostenta el poder deportivo en Argentina otorgado por la Federación Internacional del Automóvil (FIA).
El ACA parece indiferente a una situación que requiere medidas urgentes si es que, efectivamente, pretende mantener el respaldo del ente rector.
El nuevo enfrentamiento entre la ACTC y el ACA, esta vez con el TC2000 como nuevo punto de disputa, evidencia tensiones profundas en el automovilismo argentino. La ambición de poder, las rivalidades históricas y los intereses comerciales se entrelazan en un conflicto que amenaza con desestabilizar el deporte motor en el país.