En 2014, el italiano Marcello Lotti revolucionó el automovilismo al introducir el concepto TCR. Este reglamento, diseñado para mantener los costos razonables, garantizar la competitividad entre marcas y ofrecer un espectáculo emocionante, ha logrado un éxito notable en su primera década. Hoy en día, el TCR es un pilar fundamental del automovilismo global, con un Campeonato Mundial avalado por la Federación Internacional del Automóvil desde 2024 y numerosos certámenes nacionales y regionales, entre ellos el TCR South America.
Desde su creación, el TCR ha crecido exponencialmente, abarcando 35 campeonatos alrededor del mundo. Este éxito se debe en parte a la similitud de los autos de pista con los modelos de calle, una característica que ha atraído tanto a fabricantes como a aficionados. Los vehículos del TCR pertenecen al Segmento C (compacto) y pueden ser tanto hatchback como sedán.
LAS CLAVES DEL ÉXITO
El TCR South America, iniciado en 2021, es una muestra clara de la expansión y aceptación del concepto en Sudamérica. Este campeonato ha captado la atención de pilotos y equipos de la región, convirtiéndose rápidamente en una de las series más competitivas y emocionantes del calendario automovilístico sudamericano.
Los motores de los autos TCR están basados en modelos de producción, con una cilindrada de entre 1.750 y 2.000 cc y una potencia máxima permitida de 350 CV. La transmisión es secuencial de seis velocidades con levas y la tracción es delantera. Estos aspectos técnicos permiten que los autos mantengan una conexión directa con los modelos comerciales, una de las claves del atractivo del TCR.
El proceso de homologación es riguroso. Cada fabricante debe producir al menos diez unidades y garantizar una producción mínima de 5.000 piezas de repuestos anuales. Además, el precio del auto terminado no debe superar los 137.500 euros, lo que ayuda a controlar los costos y a mantener la accesibilidad del campeonato.
Entre los modelos homologados se encuentran el Alfa Romeo Giulietta, Audi RS3, Cupra, Fiat Tipo, Opel/Holden/Vauxhall Astra, Honda Civic Type R, Hyundai i30/Veloster/Elantra, Kia Cee’d, Lada Vesta, Lynk & Co 03, MG 6 XPower, Peugeot 308, Renault Megane, Subaru WRX STi TCR, Volkswagen Golf GTI TCR y Toyota GR Corolla Sport TCR, que se fabrica en la Argentina.
Uno de los elementos fundamentales del TCR es el Balance of Performance (BoP), un sistema de compensación de peso que asegura que todos los vehículos tengan las mismas posibilidades de ganar. Este enfoque equilibrado ha sido crucial para mantener la competitividad y el interés en la serie, permitiendo que diferentes marcas y modelos se destaquen en la pista.
IMPACTO EN SUDAMÉRICA: EL CASO DEL TCR SOUTH AMERICA
El TCR South America ha sido un éxito rotundo desde su creación. La serie ha permitido a pilotos y equipos sudamericanos competir en un marco regulado y altamente competitivo, similar al de los campeonatos europeos y mundiales. La llegada de este campeonato a la región ha revitalizado el automovilismo sudamericano, ofreciendo un espectáculo emocionante y accesible para los fanáticos locales.
Los equipos sudamericanos han adoptado con entusiasmo el concepto TCR, aprovechando la oportunidad de medirse con competidores de alto nivel y de diferentes países. Esto no solo ha elevado el nivel de competencia en la región, sino que también ha contribuido a aumentar la popularidad del automovilismo en Sudamérica.
A diez años de su creación, el concepto TCR continúa demostrando su valía y relevancia en el mundo del automovilismo. Con más de 1.000 autos fabricados y una estructura de costos y regulaciones que favorece la igualdad y la competitividad, el TCR se ha consolidado como una de las categorías más exitosas y populares.