Este fin de semana, en el autódromo de Buenos Aires, el Turismo Carretera se presenta con un atractivo adicional: el estreno de una gran cantidad de autos de nueva generación. Entre ellos está el Toyota Camry de Agustín Martínez, quien hasta la fecha pasada compitió con un Ford Falcon. Lo que más ha captado la atención del nuevo auto del Gurisito es la peculiar trompa, algo que ha generado tanta sorpresa como preocupación.
Desarrollado sobre la estructura de un Torino, el vehículo se completó justo a tiempo para esta presentación. Tal es así que los arreglos finales se realizaron en los boxes del autódromo porteño. La trompa en cuestión es, tal vez, una de las consecuencias de esa carrera contra el reloj.
Su extraña forma fue la solución de emergencia que se encontró para resolver un detalle no menor. La toma dinámica que tenían disponible para el Camry resultó ser demasiado pequeña, por lo que se decidió utilizar la del Torino, mucho más grande.
Esto llevó a una modificación en la trompa para cumplir con las normativas, dando como resultado una forma inusual que, si bien respeta el reglamento, genera un impacto significativo en la visibilidad del piloto.
En una entrevista con Carburando, Agustín Martínez expresó su preocupación con una mezcla de humor y pragmatismo. “Quedó medio alta… No se ve mucho, pero hay que acostumbrarse y ver por dónde miramos”, comentó el entrerriano.
Y luego agregó: “Para la fecha que viene lo vamos a acomodar mejor y lo vamos a tener solucionado. Miraremos por la ventana que son medias grandes”. Aunque no es la solución ideal para la visibilidad, la actitud positiva de Martínez es palpable.
Más allá de estrenar un auto, algo que siempre es especial, Agustín tendrá otro motivo para celebrar: compartirá la pista con su padre, el Gurí Martínez, quien ha salido de su retiro para participar como invitado sobre un Ford Mustang.
“Será algo muy especial”, confesó el veinteañero, quien recuerda con cariño los momentos de su infancia acompañando a su padre en el podio.