Desde el mismo momento en que se disputó la primera carrera de autos en la historia, surgió en pilotos y preparadores la necesidad de buscar el límite de sus máquinas yendo a la mayor velocidad posible. En nuestro país hubo varias categorías que lograron ese objetivo, aunque el Turismo Carretera fue siempre la máxima expresión de esa ambición. Desde sus inicios, a fines de la década de 1930, todos sus participantes eran movidos por la gloria que significaba ganar una carrera a la mayor velocidad posible.
Así fue que la primera marca a batir fue la conseguida por Ángel Lo Valvo en el Gran Premio Argentino de 1937. La competencia tuvo un recorrido total de 6.894 kilómetros y se disputó por caminos de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Mendoza y La Pampa.
Si bien en la primera etapa que unió Buenos Aires con Santa Fe, Ricardo Risatti superó los 100 km/h de promedio (116,735 km/h para ser más exactos), la historia indica que Lo Valvo fue el primer recordman de la categoría –cuyo primer torneo oficial se disputó en 1939- al imponerse en la extenuante prueba a una media de 80,535 km/h.
Dos años más tarde Domingo Marimón se convirtió en el primer piloto en superar los 100 km/h de promedio al ganar en El Borbollón-Mendoza (520 km de recorrido) a 108,440 km/h. Desde ese momento y en la medida que se conseguían elevados promedios con mucha facilidad –en la temporada de 1941 se disputaron tres pruebas y en todas se superaron los 100 km/h- la gran meta fue llegar a los 200 km/h.
A fines de la década de 1940 se comenzaron a organizar más competencias y en consecuencia, el desarrollo técnico de la categoría fue aumentando. De esta manera, que antes parecía un sueño se transformó en un objetivo que sería alcanzado en poco tiempo.
En la medida que se achicaba la brecha hacia los 200 km/h la tremenda ansiedad hizo que varios pilotos hicieran pruebas con sus autos para saber si realmente eso era posible. Uno de ellos fue Juan Carlos Navone, un velocista por excelencia y quien fue pionero en la utilización de la aerodinámica. La Bomba de Caballito, como se lo conocía, se sacó la duda haciendo un par de tiradas con su Ford en la autopista Ricchieri. Según cuentan quienes presenciaron la prueba, llegó a los 210,600 km/h a 5.500 rpm…
Del extenso calendario que por aquel entonces tenía el Turismo Carretera, las mayores velocidades se lograban en la Vuelta de Tres Arroyos disputada sobre un irregular triángulo compuesto por las rutas nacionales 228 y 3 y la provincial 86. De hecho, las ediciones disputadas entre 1952 y 1959 fueron a puro récords. Una de las que quedó en la historia fue la de 1954, en la que por primera en la historia del automovilismo argentino un piloto ganó una prueba a más de 200 km/h.
Pero no fue con un TC, sino con un auto de la categoría Sport, especialidad que en esa ocasión corrió junto al Turismo Carretera aunque teniendo una clasificador separado. La proeza la logró Enrique Sáenz Valiente, quien con su Ferrari de cuatro litros y medio cubrió los 737,400 kilómetros de recorrido en 212,297 km/h.
El propio piloto reconoció en una crónica de aquel entonces que en algunos trayectos de la prueba superó los 270 km/h y que incluso era más veloz que un avión de su propiedad que lo seguía con el fin de informarle acerca de la dirección de las curvas del circuito. En tanto, el promedio de Oscar Gálvez, ganador de la carrera de TC, fue mucho menor: 180,718 km/h. Al año siguiente se repitió la experiencia con ambas especialidades corriendo juntas. Nuevamente Sáenz Valiente se impuso entre los Sport, esta vez con una Ferrari de cinco litros, a 234,712 km/h; mientras que el nuevo récord para el TC quedó en manos de Juan Gálvez que ganó a 185,377 km/h.
En la década de 1960 las plusmarcas tuvieron un nuevo escenario: la Vuelta de Necochea, cuyo circuito no era otro que el usado en la Vuelta de Tres Arroyos, pero en sentido inverso. El primer llamado de atención de que la marca de los doscientos estaba por batirse llegó en 1962, cuando Ángel Meunier ganó a 198,134 km/h. Las crónicas de la época indican que en la primera vuelta al triángulo Meunier tenía un promedio superior a 200 km/h, pero que en la segunda bajo la media porque tuvo que detenerse para realizar el reaprovisionamiento.
En la edición de 1963 de esta competencia llegó el esperado momento. Ya algo anticipaba el matutino local Ecos Diarios en un artículo referido a lo que se viviría en esa competencia: “Es que las máquinas evolucionaron tanto por obra y gracia de nuestros formidables mecánicos, que todo puede esperarse de esos coches que la industria norteamericana creo para el desarrollo de velocidades mucho menores, sin pensar siquiera que los criollos los ‘retocarían’ tanto que el con el transcurso de los años alcanzarían marcas de velocidades reservadas solamente para las máquinas especiales o los coches sport”. Y como no podía se de otra manera el responsable fue Dante Emiliozzi, que en oportunidades anteriores había demostrado que era el gran candidato a convertirse en el primer piloto de TC en ganar a más de 200 km/h.
La competencia comenzó con Marcos Ciani como referente, pero su Dodge no pudo resistir el ritmo del Ford de los hermanos Emiliozzi, que ganaron la primera vuelta a 206,600 km/h. En la segunda pasada los Gringos levantaron el pie del acelerador para no castigar tanto la máquina ya que les habían informado que venían ganando con comodidad sobre Santiago Luján Saigós.
Finalmente, los olavarrienses hicieron historia al ganar a un promedio de 203,526 km/h y de esta manera se hicieron acreedores de la Copa Armando O. Bacchino, que estaba destinada a aquellos pilotos que superaran la preciada marca al final de una competencia. El trofeo les fue entregado en un repleto Teatro Avenida, en plena Avenida de Mayo, demostrando así la importancia de la hazaña logada.
Una copa similar recibió Saigós, que también cruzó la meta superando los doscientos. Pero la preciada marca duró poco en manos de los Emiliozzi. Al año siguiente, Ciani se tomó revancha de lo acontecido en la edición anterior y consiguió la victoria y un nuevo récord de 205,156 km/h.
En los años siguientes las velocidades medias se fueron elevando considerablemente y la década del ’60 se despidió con el récord de Oscar Mauricio Franco que promedió 227,181 km/h para ganar con su Torino en Chivilcoy. En los ’70 y los ’80 se batieron las marcas en sucesivas oportunidades hasta llegar al Gran Premio de 1986, cuando Pedro Doumic ganó con su Dodge a 248,776 km/h, récord que aún hoy se mantiene.
La decisión de correr exclusivamente en autódromos y dejar las rutas de lado por un tema de seguridad, permiten suponer que el promedio alcanzado por el Tolo será difícil de batir. Sólo la presencia de la “máxima” en trazados veloces como el “12” de Buenos Aires o el “semi” óvalo de Rafaela ofrecen una muestra de lo que pueden llegar a alcanzar los TC. Un pequeño consuelo para esos amantes de la velocidad que añoran esas épocas en las que un fuerte viento se convertía en una leve brisa al paso del Turismo Carretera.
LOS RÉCORDS DE VELOCIDAD DEL TURISMO CARRETERA
FECHA | CARRERA | PILOTO | MARCA | KM/H |
5/8/1937 | Gran Premio Argentino | Ángel Lo Valvo | Ford | 80,535 |
12/12/1937 | Mil Millas | Eduardo Pedrazzini | Ford | 95,496 |
27/3/1938 | El Borbollón-Mendoza | Domingo Marimón | Ford | 108,44 |
23/7/1939 | Vta. de Anatuya | Daniel Musso | Ford | 111,515 |
14/12/1940 | Mil Millas | Esteban Fernandino | Ford | 117,817 |
12/1/1941 | 12 Horas de Rafaela | Eusebio Marcilla | Chev. | 126,597 |
4/4/1948 | Premio Doble de Malargüe | Pablo Gulle | Chev. | 142,477 |
24/12/1950 | 500 Millas del Río Diamante | Julio Castellani | Ford | 148,564 |
3/8/1952 | Vta. de Tres Arroyos | Ernesto Petrini | Ford | 165,863 |
23/8/1953 | Vta. de Tres Arroyos | Oscar Gálvez | Ford | 172,538 |
5/9/1954 | Vta. de Tres Arroyos | Oscar Gálvez | Ford | 180,718 |
11/9/1955 | Vta. de Tres Arroyos | Juan Gálvez | Ford | 185,377 |
13/9/1959 | Vta. de Tres Arroyos | Oscar Gálvez | Ford | 187,289 |
17/7/1960 | Vta. de Necochea | Juan Carlos Navone | Ford | 189,128 |
14/4/1961 | Vta. de Necochea | Juan Carlos Navone | Ford | 192,571 |
17/9/1961 | Vta. de Tres Arroyos | Armando J. Ríos | Chev. | 194,861 |
29/4/1962 | Vta. de Necochea | Ángel R. Meunier | Chev. | 198,134 |
31/3/1963 | Vta. de Necochea | Dante Emiliozzi | Ford | 203,526 |
15/3/1964 | Vta. de Necochea | Marcos Ciani | Dodge | 205,156 |
3/4/1966 | Vta. de Necochea | Carmelo Galbato | Ford | 210,699 |
19/3/1967 | Vta. de Necochea | Ángel T. Rienzi | Ford | 215,46 |
5/11/1967 | Vta. de Junín | Rubén L. Di Palma | Torino | 216,348 |
23/3/1969 | Vta. de Santa Fe | Gastón Perkins | Torino | 221,207 |
9/11/1969 | Vta de Chivilcoy | Oscar M. Franco | Torino | 227,181 |
12/5/1974 | Vta de Salto | “Hnos. Suárez” | Dodge | 229,12 |
20/4/1975 | 500 Millas Merceditas | Rubén L. Di P alma | Torino | 231,008 |
21/10/1979 | Vta. de La Pampa | Juan Occhionero | Chev. | 233,66 |
9/3/1980 | Vta. de Venado Tuerto | Miguel A. Atauri | Dodge | 244,153 |
7/12/1986 | GP de La Pampa | Pedro Doumic | Dodge | 248,776 |
Nota: datos suministrados por la Asociación Corredores Turismo Carretera.