La colección de Fórmula 1 de TAG Heuer, que ha ocupado un lugar especial en la historia del relojero suizo desde su lanzamiento en 1986, juega la carta de la originalidad. En naranja mandarina y amarillo lima, colores vibrantes inspirados en los años ‘80 y ‘90, el TAG Heuer Fórmula 1 se reinventa una vez más.
Desde 1968 con el primer acuerdo de patrocinio firmado por Jack Heuer con el piloto suizo Jo Siffert, la asociación de TAG Heuer con la Fórmula 1 nunca ha fallado. En ese entonces, Siffert lucía el logo de la marca en su auto y su traje de carreras. Gracias a él, muchos pilotos empezaron a llevar un Heuer en la muñeca, convirtiendo a TAG Heuer en el relojero por excelencia de los circuitos de la Máxima.
Rindiendo homenaje a este legado, en 1986, TAG Heuer diseñó una colección dedicada exclusivamente a la Fórmula 1. Con su diseño disruptivo, caja de acero y movimiento de cuarzo, estos relojes combinaban colores vibrantes con una correa de caucho. Su aspecto innovador y de carreras les valió el éxito de la noche a la mañana.
Hoy en día, TAG Heuer sigue siendo una parte importante de la escena del circuito y continuará apoyando al equipo Red Bull Racing, siendo además el cronometrador oficial del Grand Prix de Mónaco y patrocinador de larga data del Automóvil Club de Mónaco.
La colección de Fórmula 1 de TAG Heuer celebra esta pasión inquebrantable por la pista de carreras y confirma su papel icónico como el reloj más genial de los deportes de motor con cuatro ediciones nuevas e inconfundibles.
Las piezas novedosas -tres cronógrafos y un modelo de tres manecillas- vienen con una caja de acero de 43 mm de diámetro y bisel de cerámica, una esfera con textura de asfalto y, en ciertos modelos, una correa de nailon que recuerda el arnés dentro de una cabina. Sin embargo, sobre todo, luce los mismos colores brillantes que abundan en el paddock.
Esta última librea presenta un amarillo lima junto con un naranja vibrante, un color que ha sido parte del ADN de TAG Heuer durante más de cincuenta años. Ya en la década de 1970, Jack Heuer presentó un Autavia con detalles en naranja en la mano central y los índices.
Una elección audaz que le valió al modelo el apodo de Orange Boy entre los aficionados a los relojes. Y cuando la compañía lanzó su Fórmula 1 TAG Heuer en 1986, este color divertido, símbolo de energía y acción, ya había tomado su lugar en la paleta.
Dominando la esfera, el naranja es el centro de atención en el modelo de tres manecillas, mientras que en el cronógrafo, adoptando la subestimación del amarillo lima, resalta elegantemente las manecillas, índices y subesferas y contrasta en el bisel de cerámica con escala taquimétrica. Un look urbano, audazmente deportivo, que seguro atraerá a los jóvenes amantes de la velocidad y las emociones poderosas