El Porsche 917K no necesita demasiada presentación ya que se trata de uno de los vehículos más representativos del deporte motor. Un poco por su hermoso diseño y otro tanto por sus éxitos en las 24 Horas de Le Mans de 1970 y 1971. Justamente, uno de los ejemplares que corrió en la mítica competencia y que además participó en la película Le Mans protagonizada y dirigida por Steve McQueen será subastado por RM Sothebys en agosto próximo.
El vehículo en cuestión es el chasis 026, uno de los tres que corrió en la edición del ‘70 de la mítica prueba dentro del equipo JW Automotive Engineering/Gulf Racing. Este auto en particular tenía una decoración distinta a los otros dos ya que en lugar de la franja naranja central característica del diseño de la petrolera contaba con el techo pintado de ese color.
Con el número 22 en sus laterales el auto fue conducido por David Hobbs y Mike Hailwood, quien en la vuelta 50 de la carrera hizo un trompo y motivó el abandono. Antes del incidente la dupla llegó a colocarse en el tercer puesto de la general.
Después de Le Mans, el chasis fue reparado por la fábrica y renumerado como 031 al decidir dejarle la carrocería abierta. Rebautizado como Porsche 917 Spyder participó en el Campeonato Europeo InterSerie de 1972. En este torneo lo corrió el piloto privado Ernst Kraus. Posteriormente, pasó a manos del equipo Gelo Racing, que lo mantuvo en la división hasta 1974.
Tras su retiro de las pistas el auto pasó a la prestigiosa Colección Chandon, donde permaneció hasta 1988. El 917K fue adquirido por el conocido entusiasta y coleccionista Mike Amalfitano, con quien permaneció hasta que pasó al cuidado del actual propietario.
El nuevo dueño decidió devolverle el aspecto original. “La restauración se ejecutó sin tener en cuenta el costo y los resultados son impresionantes en todos los sentidos, desde el impresionante diseño hasta la sinfonía inconfundible del motor bóxer de 12 cilindros a todas las revoluciones”, explicaron desde la casa de subasta, que aspira a conseguir entre 16 y 18.5 millones de dólares.
Como referencia vale recordar que el Porsche 917K más caro pagado en una subasta es uno de los que fue utilizado para la película de McQueen por el que se pagaron 14 millones de dólares.