En el mundo de la industria automotriz argentina, existen vehículos que trascienden su tiempo y se convierten en auténticas leyendas sobre ruedas. Uno de esos íconos es la Jeep Gladiator, que en 2023 conmemoró seis décadas de historia, aventuras y pasión por la carretera.
Desde aquel 20 de septiembre de 1963, cuando la primera unidad de la pick-up Jeep Gladiator salió de la línea de producción de IKA, hasta su despedida en 1978 con más de 27 mil unidades producidas en nuestro país, esta camioneta ha dejado una huella imborrable en el corazón de los aficionados a los autos.
EL NACIMIENTO DE UNA LEYENDA
El Jeep Gladiator nació con un propósito claro: ser un aliado incansable en el trabajo y un compañero fiable en la aventura. Desde el principio, estaba impulsado por el robusto motor Continental 6L-226 de 3.707 cc y 115 HP. Su transmisión manual de tres relaciones Borg-Warner, con segunda y tercera marcha sincronizadas, lo hacía versátil y confiable en cualquier terreno. Disponible en dos capacidades de carga, 500 y 1.000 kilos, este vehículo demostró ser un verdadero todo terreno.
Una de las características que marcaron la diferencia en el Jeep Gladiator fue su suspensión delantera independiente con barras de torsión y amortiguadores hidráulicos telescópicos de doble acción. Esto no solo mejoró la tenida y el confort de marcha, sino que también lo hizo destacar en su categoría.
COMODIDAD Y OPCIONES
El interior del Gladiator era un oasis de comodidad en un mundo de trabajo duro. Con espacio para tres ocupantes y una cabina amplia, la atención al detalle era evidente. Opciones como el reloj eléctrico, radio, calefactor, lava parabrisas, encendedor de cigarrillos y espejo exterior permitían personalizarlo según las necesidades y gustos del conductor.
El diseño exterior del Gladiator mantenía el sello inconfundible de Jeep. La parrilla de barras verticales con el logo en el borde inferior izquierdo era un tributo a su herencia todoterreno.
En 1965, el Gladiator dio un salto en rendimiento con la introducción del motor Tornado Super Power, que ofrecía 130 HP y una mayor potencia de torsión. En 1967, un restyling en su frontal lo hizo aún más atractivo, con una nueva parrilla más ancha que integraba las ópticas en sus extremos.
La Jeep Gladiator no se detuvo en su evolución. A partir de 1967, se incorporó el motor del Ambassador 380 de 145 HP, y surgieron las denominaciones T-80 y T-1000, con capacidades de carga de 700 y 1.000 kilos, respectivamente. En 1970, la familia se amplió con la introducción de la Jeep 1000 Diesel, equipada con un motor Perkins 4-203 de 3 litros y 71 HP.
Como todas las grandes historias, la del Jeep Gladiator tuvo su último capítulo en 1978. La producción, realizada íntegramente en la planta de Santa Isabel en Córdoba, concluyó el 30 de marzo de ese año, con un total de 27.811 unidades producidas.
Muy buena la nota, permitame agregar que las últimas Gladiator nafteras venían de serie con motor Torino 7 bancadas. Saludos.
Aqui en la Patagonia no dio resultado…la que reinò por años con sus ejes delanteros
Twin-I-Beam fuè la F100 hasta que aparecieron las Hilux