
Si eres de los que sueña con el regreso de los motores V10 a la Fórmula 1, mejor siéntate antes de leer esto. Pat Symonds, una de las mentes técnicas más respetadas del paddock, lo tiene claro: no va a pasar. O al menos no en el corto plazo. La nostalgia por el sonido atronador de los V10, esos que hicieron vibrar a toda una generación hasta su desaparición en 2005, es real. Pero también es, según Symonds, “un pensamiento mágico”. En pocas palabras, un deseo que choca de frente con la realidad económica y técnica del Gran Circo.
EL COSTO DE LA NOSTALGIA
Para Symonds, quien ahora trabaja con Cadillac en su inminente debut en la F.1, afirma que ni siquiera vale la pena discutir la idea de extender el ciclo de los motores actuales que les darán paso a unidades de potencia rediseñadas para tener casi un 300% más de energía de batería.

“Con tanto invertido en la unidad de potencia 2026, sería negligente tirar esa inversión a la basura”, afirmó sin rodeos en una charla en el BlackBook Motorsport Forum en Londres. Y tiene razón: Audi, Red Bull Powertrains, Honda y la propia Cadillac han apostado millones en estos nuevos motores. Obligar a estas marcas a un cambio radical en pocos años sería un golpe mortal para la estabilidad financiera de la categoría porque “tuvieron que comenzar desde cero para producir un motor que necesita una vida útil razonable para amortizarlo”.
V10, V8 O SIMPLE RUIDO
Ahora bien, si se hablara de una revolución futura, la discusión estaría entre V10 y V8. Y en este punto, Symonds se muestra tajante: “Un V10 no es necesariamente un buen motor para competir. Un V8 probablemente sí”. Según el ingeniero, el V10 fue una solución intermedia entre quienes querían un V8 y quienes preferían un V12. Una decisión de comité que, aunque icónica, no necesariamente era la mejor.
“Personalmente creo que un V10 no es necesariamente un buen motor de carreras”, Pat Symonds.
LA F.1 NO PUEDE RETROCEDER
Symonds también recuerda que la F.1 ha avanzado mucho en eficiencia. “Hemos aprendido a hacer funcionar estos motores de manera extremadamente eficiente, y debemos continuar en esa dirección”, dice. En otras palabras, no tiene sentido volver a tecnologías del pasado solo por el placer auditivo de los fans. La sostenibilidad y la innovación mandan, y las grandes marcas que ponen millones en el deporte quieren ver avances, no retrocesos.
LA REALIDAD DEL MOTOR DEL FUTURO

Si bien Symonds no cierra completamente la puerta a una evolución, insiste en que cualquier cambio deberá equilibrar el rendimiento, la eficiencia y la sostenibilidad. La posibilidad de un V8 híbrido con combustibles sintéticos podría ser una alternativa viable, pero incluso eso es un escenario a largo plazo. “No debe ser un paso atrás, tenemos que seguir empujando hacia adelante”, sentencia.
Entonces, ¿volveremos a escuchar el grito de los V10 en la Fórmula 1? Difícil. La F.1 ha cambiado y el mundo también. La nostalgia es poderosa, pero el futuro de la categoría parece ir en otra dirección.