Aunque la Argentina tiene un automovilismo muy fuerte que incluye varias categorías de pista de relevancia hay ciertas cuestiones que se definen con un criterio que lejos está del profesionalismo que se intenta transmitir. Eso sucede, por ejemplo, con los reglamentos técnicos, que muchas veces se definen más por intuición que por el resultado de un estudio pormenorizado.
Es por eso que en ciertas ocasiones se suelen realizar anexos que corrigen algunos aspectos de la normativa debido a que la realidad no coincide con lo que se intentó lograr. Salvo el Top Race, una división concebida a partir de un prototipo equipado con un mismo motor, el resto de los campeonatos suele meter mano en sus reglamentos para encontrar la tan mentada paridad o para mejorar el espectáculo
El Súper TC2000, por ejemplo, penó en 2019 por disminuir las cargas aerodinámicas de sus autos de un año para otro pensando que eso mejoraría la calidad de las carreras. “Si el Turismo Nacional ofrece buenos shows sin cargas, nosotros tenemos que sacarles las cargas”, fue el razonamiento tomaron. Pero la realidad indicó lo contrario y hasta produjo disparidad entre los equipos, motivando retoques técnicos y deportivos entre fechas en uno de los peores años de la especialidad.
El TN también es otra de las series que suele modificar las fichas de homologaciones de los autos en el medio de los campeonatos porque siempre hay algún vehículo que rinde más que otro. Mientras que en el Turismo Carretera son históricos los “retoques” para mantener la misma sintonía entre las cuatro marcas que participan.
Pero esta no es la única receta para trabajar en un reglamento técnico. El NASCAR es la mejor muestra de eso. En 2022 la principal categoría del automovilismo estadounidense estrenará un nuevo concepto de vehículo llamado Gen 7, que sucederá al Gen 6 que inició su etapa en 2013.
Al auto se lo probó durante un año y medio entre octubre de 2019 y abril de 2021. El programa del Gen 7, que incluyó la actualización conceptual del Chevrolet Camaro ZL1, el Ford Mustang y el Toyota Camry, incluyó una docena de pruebas en once circuitos, Richmond, Phoenix, Homestead, Fontana, Dover, Daytona, Martinsville, Darlington y Charlotte.
Los ensayos no estuvieron a cargo solo de un piloto ya que en los entrenamientos el vehículo pasó por las manos de 13 corredores: Austin Dillon, Joey Logano, Erik Jones, William Byron, Cole Custer, Kurt Busch, Martin Truex Jr, Chris Buescher, Bubba Wallace, Alex Bowman, David Ragan, Drew Herring y Tyler Reddick.
El tiempo empleado para el desarrollo del Gen 7 fue directamente proporcional a los cambios propuestos como una carrocería simétrica (en los Gen 6 se desplaza la cola de la línea central para crear la fuerza lateral del lado derecho), neumáticos más grandes para un mayor agarre, dos pulgadas más en el despeje del suelo, dos paquetes de cargas aerodinámicas, una caja de cambios secuencial de cinco velocidades que reemplaza al patrón H de cuatro marchas y una suspensión trasera independiente que reemplaza el eje trasero sólido.
La Argentina no es Estados Unidos, es verdad. Ni los campeonatos argentinos tienen el presupuesto de la serie yanqui. Pero su método es para tener en cuenta. De hecho, este esquema fue utilizado con éxito hace varios años en Top Race y el propio TC que tuvieron sus “autos laboratorios”, que luego fueron convertidos en show cars…
A veces tomarse un buen tiempo para trabajar en los reglamentos técnicos es mejor que hacer retoques que dejan expuesto las improvisaciones.