
La noche en Affalterbach huele a cables recalentados y adrenalina comprimida. Bajo los focos del laboratorio de Mercedes-AMG, los ingenieros observan en silencio cómo el futuro cobra forma: líneas tensas, pintura que brilla como lava fundida y, en las entrañas, un rugido invisible listo para romper el silencio eléctrico. Así nació el Mercedes-AMG Concept GT XX, el auto que no viene a prometer, sino a amenazar.
UN ELÉCTRICO CON ALMA DE FÓRMULA 1… Y HAMBRE DE RÉCORDS
Con 1.360 caballos de potencia y un 0 a 100 que dejará temblando a los mejores V8 del planeta, el Concept GT XX no es un concept car más. Es el grito de guerra de Mercedes-AMG en la era eléctrica. Lo impulsa un trío de motores de flujo axial, tecnología surgida de YASA, la filial británica que AMG adquirió para dejar de jugar en las ligas menores de los deportivos eléctricos.
Dos de esos propulsores están montados en el eje trasero, otro en el delantero, y juntos convierten a este cuatro puertas fastback en una bestia con tracción total y gestión inteligente del par en tiempo real. Según cifras oficiales, la velocidad punta supera los 360 km/h, una barrera que, hasta ahora, parecía exclusiva de los hiperdeportivos a combustión.
La otra gran carta que pone AMG sobre la mesa no está en los caballos, sino en la batería. Desarrollada junto a los magos de Mercedes-AMG High Performance Powertrains, los mismos que diseñan las unidades de potencia de George Russell y Andrea Kimi Antonelli en la Fórmula 1, este sistema eléctrico de 800 voltios promete romper el mayor talón de Aquiles de los autos eléctricos: los tiempos de carga.
Gracias a su arquitectura y a una potencia de carga de más de 850 kW, el GT XX puede recuperar hasta 400 kilómetros de autonomía en apenas cinco minutos, una cifra que hace palidecer a los Porsche Taycan o Tesla Model S Plaid.
Además, la batería incorpora celdas cilíndricas refrigeradas directamente y una densidad energética de 300 Wh/kg, lo que posiciona al GT XX como referente no solo en prestaciones, sino también en eficiencia.
AERODINÁMICA ACTIVA Y DISEÑO HEREDADO DEL AMG ONE
El Concept GT XX no solo corre: corta el aire como un bisturí de carbono. Inspirado directamente en el Mercedes-AMG One, el hypercar que lleva tecnología de F.1 a la calle, este prototipo incorpora soluciones aerodinámicas que rozan la ciencia ficción.
Difusores traseros de carbono, sistema Airpanel de refrigeración activa y un detalle que deja boquiabierto a cualquiera: las ruedas tienen palas móviles que se abren o cierran para mejorar la ventilación de los frenos o reducir la resistencia. Todo, alimentado por un generador propio en el buje. El resultado es un coeficiente aerodinámico de 0,198, un nuevo estándar en su categoría.
La pintura Sunset Beam, por su parte, no solo brilla. Gracias a la electroluminiscencia, se comunica visualmente durante la carga o en ciertas funciones, como si el auto respirara electricidad.
UN HABITÁCULO QUE MEZCLA CARRERAS Y BIOTECNOLOGÍA
Puertas adentro, el GT XX lleva la experiencia a otro nivel. No hay cuero animal ni madera: AMG apuesta por materiales sostenibles que rinden homenaje al automovilismo y al futuro.
Los asientos incluyen almohadillas impresas en 3D y textiles derivados de neumáticos reciclados de competición. Alternativas al cuero y la seda se obtienen mediante biotecnología, mientras que los detalles retroiluminados y las referencias visuales a la alta tensión eléctrica completan un interior futurista, pero con guiños claros al ADN de la marca.
SONIDO CONFIGURABLE… Y EMITIDO POR LOS FAROS
La experiencia deportiva no se limita al chasis o al motor. En un giro inesperado, el sonido exterior del Concept GT XX proviene… de los faros delanteros. Sí, altavoces integrados en las ópticas permiten tanto alertar a peatones como personalizar el rugido -eléctrico, pero rugido al fin- que acompaña al conductor. Porque en AMG, el silencio no es opción.
El Concept GT XX no es un simple ejercicio de diseño ni un adelanto tímido. Es una declaración directa a Tesla, Porsche, Ferrari y, por supuesto, a todos los petrolheads que creen que la electricidad mata la pasión.
Con su potencia descomunal, su tecnología derivada de la F.1 y un nivel de carga que pulveriza los tiempos actuales, este prototipo quiere demostrar que el futuro puede ser brutal, rápido y, sí, 100% AMG.