Desde que Porsche participó por primera vez en las 24 Horas de Le Mans, en 1951, y logró de inmediato la victoria en su categoría con el 356 SL, esta carrera de resistencia se ha convertido en indispensable para el fabricante de automóviles deportivos. Pero hubo que recorrer un largo camino para obtener el primer gran triunfo…
Hasta finales de 1960, Porsche tuvo un papel menos relevante al concentrarse en las categorías de menor cilindrada. Después, inició un cambio de estrategia y eso le permitió convertirse en protagonista de la carra.
En 1969, por ejemplo, estuvo a solo 75 metros (o, lo que es lo mismo, a menos de un segundo) de la victoria en el final más apretado de la historia de Le Mans. La revancha llegó rápido, en 1970. En esa edición, además del primer puesto de Hans Herrmann y Richard Attwood a los mandos del un Porsche 917 KH, Gerard Larrousse y Willy Kauhsen fueron segundos con el Porsche 917 LH Martini y Rudi Lins y Helmut Marko terminaron terceros con el Porsche 908/02, lo que supuso un rotundo éxito para la casa alemana.
Esa primera victoria sentó un precedente: un año más tarde, 33 de los 49 inscritos eran vehículos del fabricante de Stuttgart-Zuffenhausen, un récord que todavía sigue imbatido en la actualidad.
Un Porsche 917 KH ganó también la carrera en 1971. Y en 1974 fue precursor de la era turbo en Le Mans con el lanzamiento del 911 Carrera RSR 2.1 Turbo. Dos años más tarde esa motorización marcó un hito al ganar con el 936 Spyder. Mientras que en 1977, con el mismo modelo que el año anterior, Porsche venció de nuevo con su equipo oficial.
En 1978 ganó por vez primera un equipo cliente. Ese éxito logrado con un Porsche 935 K3 marcó también el primer triunfo de un vehículo con motor trasero y derivado de un coche de serie (del Porsche 911).
Entre 1981 y 1987, los Porsche de competición se mostraron imbatibles en Le Mans. El periodo de victorias más largo en la historia de las 24 Horas comenzó con el tercer y último triunfo del Porsche 936 Spyder. Al año siguiente, en 1982, el equipo oficial lanzó el nuevo 956, con el que ocupó las tres plazas del podio en su debut.
El 956 llevaba el primer chasis monocasco de aluminio de Porsche y una aerodinámica innovadora que le permitía conseguir una gran carga sin un incremento significativo de la resistencia al aire.
Con el 956 y su sucesor, el 962 C, el fabricante de vehículos deportivos lideró el desarrollo de los sistemas de inyección y encendido electrónicos, igual que el de la transmisión Porsche de doble embrague (PDK), tan popular hoy en día. Desde 1983 en adelante, los clientes de Porsche empezaron a correr con los 956 y 962 C. Nueve Porsche 956 terminaron entre los diez primeros en 1983, y ocho lo hicieron en 1984 y 1985.
En los ‘90, entre los equipos oficiales y los de clientes obtuvieron cuatro triunfos absolutos con tres tipos de coche diferentes. El primero llegó en 1994 con el Porsche 962 Dauer Le Mans GT, desarrollado en Weissach y basado en el 962 C; al que siguieron los del TWR Porsche WSC Spyder desarrollado por Porsche, con el que ganó un equipo cliente en 1996 y 1997.
En 1998, el Porsche 911 GT1 se inscribió en la prueba con el primer monocasco de fibra de carbono diseñado por Porsche, así como los primeros frenos de fibra de carbono utilizados por el equipo oficial. Y ganaron coincidiendo con el 50º aniversario de la matriculación del primer deportivo Porsche, el 356 “Nº 1” Roadster, con el que se inició la historia de la marca.
Tras ese éxito, Porsche dio un giro en su política de competición para centrarse en el desarrollo de versiones de carreras del 911 próximas al modelo de producción en serie y, con ellas, se volcó en el apoyo a los equipos privados. En Le Mans, este compromiso fue recompensado con once victorias es su categoría entre 1999 y 2018.
En 2014 regresó el equipo oficial para volver a competir por las victorias absolutas. Diseñado “desde cero” en Weissach, el Porsche 919 Hybrid incorporaba soluciones técnicas únicas.
Este prototipo era el único que generaba electricidad para la batería de alto rendimiento de dos formas distintas: por un lado, al convertir la energía cinética producida en la frenada y, por otro, gracias a una turbina impulsada por los gases de escape del motor V4 turbo. El sistema de propulsión estaba compuesto por el motor eléctrico y el de combustión y ofrecía una potencia global de unos 900 caballos. Esta solución vanguardista demostró ser un éxito. De 2015 a 2017, Porsche logró tres triunfos consecutivos en Le Mans.
Con 108 victorias en su categoría y 19 absolutas, Porsche es el fabricante más laureado en los casi 100 años de historia de Le Mans.
AQUELLA PRIMERA VICTORIA
En 1970, después de exactamente 4.607,811 kilómetros o 343 vueltas, Hans Herrmann y Richard Attwood cruzaron la línea de meta en cabeza con el 917 KH número 23 de Porsche Salzburgo. “Fue una carrera dominada por la lluvia y tuvimos que estar permanentemente cambiando neumáticos y adaptándonos a la situación. No era el desgaste el que nos obligaba a ello, sino los cambios constantes de las condiciones meteorológicas. La coordinación de todo el equipo es lo que nos llevó a la victoria. Competir en una carrera de resistencia de 24 horas con solo dos pilotos no es una hazaña fácil”, recuerda Herrmann.
Muchos de los competidores, entre ellos numerosos Porsche, se fueron retirando poco a poco de la prueba. “Le Mans es una carrera donde todo va bien, o no va. En esos días, las 24 Horas eran más una prueba de conducción de resistencia que una carrera”, explica Attwood. “Ganar Le Mans con Porsche y Hans fue algo completamente inesperado porque nuestro coche no tenía la puesta a punto adecuada para altas velocidades. Hans y yo fuimos simplemente un equipo de ensueño”.
“Trabajamos en el coche hasta el último minuto”, agrega Herrmann. “El 917 era en principio un coche de competición muy difícil de pilotar. Nos conducía él a nosotros, y no al revés, hasta que pudimos optimizar la aerodinámica y transformarlo en un vehículo ganador”.
De regreso a casa en Stuttgart, la victoria de Porsche se celebró con un desfile de automóviles por la ciudad y en la plaza principal. “Esta victoria fue ganando importancia con el paso de los años. Quién podría haber pensado que Porsche se convertiría en la marca récord de esta carrera”, señala un satisfecho Attwood. “Yo, además, tuve un contratiempo adicional aquel día: no pude comer nada durante la prueba y solo bebía leche para mantenerme en forma al volante. Luego supe que estaba desarrollando paperas”.