Cuando Citroën lanzó el Xsara en 1998 lo hizo con el objetivo de sustituir a un modelo que se había convertido en todo un mito para la marca por sus resultados comerciales como por sus éxitos deportivos: el Citroën ZX. Ocupar el hueco dejado en la gama por un modelo con el que la casa del Doble Chevrón había reconquistado el segmento C, y que se había impuesto no una sino cuatro veces en el exigente Dakar, no era tarea fácil.
Sin embargo, el Xsara consiguió ir más lejos que su antecesor, tanto en el apartado comercial como en el deportivo, además de dejar un interesante legado tecnológico.
El lanzamiento comercial del Citroën Xsara estuvo a la altura del reto que tenía ante sí. Se contó con una de las Top Models más cotizadas del momento, la alemana Claudia Schiffer, para ser una alter-ego publicitaria de este automóvil.
Su diseño dinámico y moderno, obra de Donato Coco, su diversidad de versiones, Berlina, Coupé y Break, la calidad de su interior elegante y refinado y su alto nivel de confort y prestaciones lo convirtieron en un superventas.
El mundo de la competición fue otro de los grandes escaparates para el Xsara. Durante sus primeros años, el Xsara Kit-Car sorprendió a los aficionados, al dominar los campeonatos de Rally de España y Francia y plantar cara, e incluso imponerse, a los todopoderosos World Rally Car en varias pruebas del Mundial, como los Rally de Cataluña y Córcega.
La consagración llegó con el desarrollo del Citroën Xsara WRC y el surgimiento del mayor talento en la historia de esta disciplina, Sébastien Loeb. Juntos, este tándem conquistaría tres títulos mundiales de pilotos y otros tantos de constructores.
Además de pasar a la historia del automóvil por sus éxitos deportivos, el Citroën Xsara tuvo un papel fundamental en el desarrollo de tecnologías que se han convertido en habituales en los automóviles actuales. Así, el Citroën Xsara Windows CE se convirtió, en febrero de 2000, en el primer vehículo conectado, o “comunicante” como se decía en aquella época, que se fabricó y se comercializó en serie.
En lo que se refiere a energías alternativas, el Xsara Dynalto supuso un gran paso, con unas emisiones de CO² reducidas en un 20% en ciudad y 730 Km. de autonomía. Por su parte, el Xsara Dynactive fue más allá, reduciendo el consumo y las emisiones de CO² en un 35% y alcanzando una autonomía de 1.000 kilómetros. Además, supuso la llegada del modo 100% eléctrico ZEV, que eliminaba totalmente las emisiones contaminantes y sonoras.