Desde hace un tiempo los espejos retrovisores son un tema candente en la Fórmula 1. Para que este elemento influya lo menos posible en la aerodinámica de los autos, los diseñadores los hacen cada vez más pequeños, una medida que provoca que los pilotos no tengan una buena visibilidad.
Para terminar con este tema, la Federación Internacional del Automóvil estudia varias alternativas. Una de ellas es reemplazar los espejos retrovisores por pantallas digitales en el cockpit enlazadas a cámaras en la parte posterior de los vehículos.
Este sistema ya se utiliza con éxito en otras categorías. De hecho, en el Mundial de Resistencia se emplea desde 2012. Pero para los técnicos de la FIA implementarlo no es tan sencillo como parece.
Hay tres factores que dificultan su utilización: el poco espacio que hay en el habitáculo, la posibilidad de que no se vea bien por tener un cockpit abierto y la fracción de tiempo que se tarda en hacer foco entre lo que se ve al frente y lo que se ve en la pantalla.
“Las pantallas son algo que hemos considerado y lo estamos analizando, pero también puede haber otras formas (de reemplazar a los espejos) como una señal de audio o lo que sea”, le dijo Nikolas Tombazis, director técnico de monoplazas de la FIA, a Autosport.
Por lo pronto para 2023 la FIA optó por aumentar el tamaño de la superficie reflectante del espejo en 50 mm (de 150 mm a 200 mm), algo que los equipos ya probaron en varias carreras de este año.