
En el automovilismo argentino, las polémicas nunca terminan de apagarse. Y cuando se trata del Turismo Carretera, la categoría más antigua del mundo, las brasas siempre quedan encendidas bajo la alfombra de la historia. Esta vez, el que echó leña al fuego fue Laureano Campanera, ex piloto y dueño del Donto Racing, al recordar el escándalo técnico que rodeó al título 2015 de Omar Martínez y lanzar una frase que, aunque cargada de nostalgia y respeto, volvió a poner en tela de juicio la transparencia de aquel campeonato.
LA CONFESIÓN PÚBLICA DE CAMPANERA
En el programa Pilotos en Primera, conducido por Walter Safarián, Campanera repasó su vínculo personal con el Gurí Martínez, forjado hace décadas en viajes y anécdotas junto a otro ícono del TC, Roberto Urretavizcaya. Pero lo que comenzó como un relato de camaradería viró rápidamente hacia un terreno incómodo: la consagración de Martínez en 2015 y la polémica descalificación que sufrió al año siguiente por irregularidades técnicas en su motor.
Con un tono emotivo en su voz, Campanera rememoró una charla íntima con el Gurí tras aquel episodio de 2016, cuando se detectó que uno de los cilindros del motor de Martínez excedía en 50 cc lo permitido por el reglamento.
“Yo soy muy sincero y muy claro. Le dije: ‘Está todo bien, te entiendo. Pero vos no te podés comer este garrón solo. A vos te permitieron todo esto…'”, relató Campanera al aire, dejando entrever que, según su interpretación, el propio sistema de la ACTC habría habilitado al entrerriano a competir fuera de reglamento.
EL TRASFONDO: UN CAMPEONATO MANCHADO POR LAS SOSPECHAS
Para entender el calibre de la declaración de Campanera, hay que remontarse a la temporada 2015 del TC. A los casi 50 años, el Gurí Martínez escribió un capítulo glorioso en su carrera al consagrarse campeón tras una temporada brillante, con cuatro victorias: Paraná, Rafaela, La Pampa y La Plata.
Sin embargo, la alegría no tardó en verse empañada. Ya en 2016, durante la cuarta fecha de la nueva temporada, su Ford fue desclasificado tras detectarse que uno de los cilindros de su motor estaba fuera de reglamento. El dato técnico era contundente: 50 centímetros cúbicos por encima del límite permitido.
Las alarmas sonaron en los boxes y, como suele ocurrir en el ambiente fierrero, las especulaciones no se hicieron esperar. Varios pilotos y preparadores rivales pusieron en duda la legalidad del título obtenido por Martínez el año anterior. Incluso se solicitó a la ACTC la revisión del campeonato y su posible anulación. Pero la entidad rectora del TC cerró filas: el título se mantuvo y el Gurí conservó su corona, aunque la polémica jamás se disipó del todo.
UN DUELO DEPORTIVO QUE FUE MÁS ALLÁ DE LA PISTA
En aquella definición de 2015, Martínez peleó el campeonato mano a mano con Matías Rossi, que por entonces corría con un Chevrolet del Donto Racing, equipo propiedad del propio Campanera. La rivalidad deportiva tuvo su correlato personal, según se desprende de las palabras del ex piloto.
“Tengo una sensación encontrada con el Gurí, porque lo que pasó iba en contra de todos mis principios. Me dio mucha bronca. Pero también sé que él sigue comiendo del sistema y viviendo por el sistema… Y se hizo cargo solo, nunca dijo nada, se bancó todo solo”, remarcó Campanera, deslizando que, en su visión, Martínez habría sido beneficiado por la estructura dirigencial de la ACTC, aunque sin exponerse ni denunciar a nadie.
SIN ACUSACIONES DIRECTAS, PERO CON UN MENSAJE ELOCUENTE
Más allá de las interpretaciones, lo cierto es que Campanera no apuntó con el dedo de manera explícita hacia Martínez ni hacia los dirigentes de la ACTC. Sin embargo, el contenido de sus declaraciones y el contexto histórico en el que se inscriben reavivan un debate que, a casi una década de los hechos, sigue latente.
Desde la ACTC, al menos por ahora, no hubo pronunciamientos sobre los dichos del ex piloto. Tampoco se escucharon respuestas públicas por parte de Omar Martínez, quien actualmente sigue vinculado al automovilismo, con su equipo y como referente del Club de Volantes Entrerrianos.
EL RECUERDO DE UNA HERIDA ABIERTA
Hoy, con la tranquilidad que da el paso del tiempo pero también con la memoria intacta, las palabras de Laureano Campanera reactivan un viejo interrogante: ¿fue justo el título del Gurí? ¿Hubo un permiso tácito o explícito de la ACTC para que compitiera fuera de reglamento? Las pruebas concretas no están sobre la mesa, pero las sospechas, como el ruido de un escape mal silenciado, todavía resuenan en el ambiente.
Mientras tanto, en los boxes y asados del TC, el rumor sigue circulando, como una bandera a cuadros que nunca termina de caer.