
La Fórmula 1 se prepara para una transformación épica en la temporada 2026 con una nueva normativa técnica que dará vida a una generación completamente renovada de monoplazas.
Aunque aún faltan más de dos años para su debut en las pistas, ya se revelan emocionantes detalles sobre estos futuros bólidos: serán más ligeros, más pequeños y con innovaciones que prometen cambiar el juego.
UNA PRIMERA MIRADA AL FUTURO
A través de un renders diseñados por Auto Motor und Sport obtenemos una primera visión de cómo lucirán los monoplazas del 2026.
Los futuros monoplazas se presentarán en una versión más compacta, con una reducción en el ancho de 200 a 190 centímetros y una disminución de la distancia entre ejes en 20 centímetros.
Además, las llantas pasarán de 18 a 16 pulgadas, reduciendo el ancho de los neumáticos en un 10%. El peso también será protagonista de cambios, con una reducción prevista de 20 kilogramos, e incluso se menciona una posibilidad de hasta 30 kilogramos menos.
MEJORAS AERODINÁMICAS
La aerodinámica activa toma un papel crucial con el objetivo de reducir la resistencia en recta. Se plantea la incorporación del efecto DRS en ambos alerones, con el alerón trasero ahora compuesto por cuatro elementos en lugar de dos. Además, se espera que piezas como el difusor y el borde del alerón trasero sean móviles.
A partir de estos cambios se introducirá el concepto “inwash”, que desafío la corriente actual. Este enfoque busca que el aire permanezca en el interior, generando cambios en las placas finales del alerón delantero y deflectores verticales. Las mediciones indican que esta innovación facilitará el seguimiento de los monoplazas, promoviendo así más adelantamientos en la pista.
Además, en los Fórmula 1 del 2026 el 50% de la propulsión provendrá de energía eléctrica. Esto implica modificaciones significativas en el chasis para garantizar una recuperación de energía eficiente, con la batería contribuyendo con 475 CV.
A pesar de todas estas innovaciones, surge la incógnita sobre la posible disminución de la velocidad en comparación con los coches actuales. Aunque se estima una reducción de entre tres y cuatro segundos, las fuentes indican que este impacto será más moderado, con un aumento del tiempo por vuelta promedio inferior a un segundo.