Historia

Evel Knievel: Cuando el cielo no es el límite

Brilló como un motociclista de acrobacias en las décadas de 1960 y 1970. Con sus hazañas marcó a una generación.

Es posible que Robert Craig “Evel” Knievel haya sido el único verdadero súper héroe de carne y hueso de este mundo. Volaba como Súperman, tenía su propio disfraz como Batman, que por supuesto incluía una capa, y hasta un vehículo con el que se lanzaba hacia la aventura ante la mirada atónita de sus seguidores.

Nació el 17 de octubre de 1938 en Montana, Estados Unidos y brilló como un motociclista de acrobacias en las décadas de 1960 y 1970. Hizo infinidad de proezas, aunque la más recordada sucedió en 1974 cuando intentó sin éxito saltar los 500 metros del Cañón Snake River en Idaho sobre un cohete.

Evel Knievel: Cuando el cielo no es el límite

Sus primeras piruetas las hizo en la casa de sus abuelos, que lo criaron, arriba de una bicicleta. Mientras que a los 13 se pasó a una motocicleta con la que se dedicó a hacer todo tipo de travesuras en su vecindario.

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Pese a que en 1962 tuvo un accidente que lo tuvo varios meses en cama y lo obligó a ganarse la vida como vendedor de seguros, en 1965 Evel Knievel decidió tomarse el tema de las acrobacias más en serio y formó el “Evel Knievel´s Motorcycle Daredevil´s” con actuaciones que incluían saltos sobre animales y aros de fuego.

Evel Knievel: Cuando el cielo no es el límite

Cuatro años más tarde comenzó su espectáculo en solitario y acrecentó su fama. Saltó sobre 16 autos en California, también atravesó los 46 metros de las fuentes del Caesars Palace de Las Vegas, aunque el duro aterrizaje lo tuvo en coma durante 30 días.

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No solo aprovechaba su fama para ganar dinero con sus acrobacias y vendiéndoles a los niños todo tipo de productos con su imagen, sino que en todas sus presentaciones aconsejaba al público y a la juventud a alejarse de las drogas y de los problemas.

Evel Knievel: Cuando el cielo no es el límite

Tuvo infinidad de accidentes en los que se quebró prácticamente todos los huesos del cuerpo, pero jamás dejó de hacer lo que le gustaba. Se retiró a principio de 1980 y se dedicó a la pintura y a ayudar a la fundación “Make a Wish Foundation” que atiende a niños con enfermedades terminales.

El 30 de noviembre de 2007, a los 69 años, la llama de Evel Knievel se extinguió demostrando que detrás de ese súper héroe había un hombre.

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Diego Durruty

Soy un periodista con más de 30 años en el ruedo. Arranqué en revistas como CORSA, El Gráfico, Coequipier y SóloTC, pero también me aventuré en el mundo digital en SportsYa!, e-driver.com y kmcero.com. Si eso no te sorprende, también me escuchaste en las radios Rock&Pop y Vorterix.com. Ah, y no puedo olvidar mis coberturas del rally Dakar para la agencia alemana dpa. Hoy en día escribo en Automundo.com.ar y para que no se me escape nada, también conduzco el magazine Dos Tipos Audaces (Spotify, YouTube y Campeones Radio). ¡No hay quién me pare, amigo!

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