En el mundo de la Fórmula 1, los rumores suelen ser moneda corriente, pero en esta ocasión, uno en particular está causando revuelo en el paddock y podría tener consecuencias significativas para la categoría. La teoría sugiere que Red Bull ha proporcionado a su equipo filial, ahora conocido como Racing Bulls, el coche del año pasado o, al menos, una base sólida para la temporada actual.
El Red Bull RB19 del 2023 ha sido uno de los coches más dominantes en la historia de la F.1. Con 21 victorias en 22 carreras, su rendimiento fue sobresaliente. Los tiempos de las pruebas de pretemporada de Bahrein han avivado aún más esta especulación ya que el japonés Yuki Tsunoda y el australiano Daniel Ricciardo finalizaron 7° y 13°, respectivamente.
La relación entre Red Bull y Racing Bulls, hasta el año pasado conocido como AlphaTauri, plantea interrogantes sobre la competencia justa y el espíritu deportivo en la Máxima. Así lo ve Zak Brown, responsable de McLaren.
Si bien no cree que Red Bull esté haciendo trampas, señala que las reglas de la Fórmula 1 pueden no ser lo suficientemente claras para abordar esta situación. Brown destaca que la propiedad de dos equipos competidores por parte de un mismo propietario plantea desafíos éticos y políticos únicos en el deporte.
“No creo que estén haciendo trampas, pero las reglas no son adecuadas para el propósito. No hay otro deporte importante que yo conozca en el que puedas ser dueño de dos equipos que compitan. No está permitido en ningún otro deporte, debido a la influencia política y al comercio de jugadores. Es por todas las razones que se te ocurran”, dijo.
Para Brown, las implicaciones de que Red Bull y Racing Bulls trabajen en estrecha colaboración van más allá de simplemente compartir tecnología y recursos. Existen beneficios estratégicos podrían influir en el desarrollo y el resultado de las carreras, como la capacidad para dividir estrategias.
“Imagina una lucha entre Max Verstappen y Oscar Piastri… Oscar clasifica décimo y Max, en la pole position. Nuestra mejor estrategia es salir con neumáticos medios, pero los RB clasifican noveno y undécimo, así que ellos ponen gomas blandas y así comprometen a los demás”, ejemplificó el team-manager.
A eso se suman que Red Bull tiene dos votos en la Comisión de Fórmula 1, lo que significa que solo necesita el apoyo de otro competidor para bloquear la supermayoría necesaria para evitar cambios inmediatos en las reglas…
La conexión entre Red Bull y Racing Bulls plantea preguntas cruciales sobre la igualdad en la Fórmula 1. ¿Es ético compartir tecnología de manera tan directa entre un equipo principal y su filial? ¿Cómo afecta esto a la integridad competitiva de la categoría? Sin dudas, la Federación Internacional del Automóvil y Liberty Media enfrentan un desafío crucial para mantener la justicia deportiva en la máxima categoría del automovilismo.