Desde aquella primera edición de 1979, el Dakar se convirtió en una carrera mítica. El responsable de que eso sucediera fue el francés Thierry Sabine, el motociclista que la gestó después de perderse en África mientras disputaba una competencia. Sabine, que falleció el 14 de enero de 1986 en un accidente aéreo mientras seguía la carrera en helicóptero, dejó algunas frases que sirven para comprender el espíritu de la prueba.
– “Cuando me perdí en aquel Rally Costa de Marfil-Niza y estuve cuatro días en el desierto pensé en el suicidio, pero lo cierto es que a lo largo de aquellas jornadas, que pudieron haber sido las últimas de mi vida, me dejé ganar por el encanto del desierto. Me repetía continuamente que si salía con vida organizaría una prueba en el marco incomparable de la arena del desierto”.
– “En la época en que nació el París-Dakar solo tres personas trabajábamos en su organización: un colaborador, mi mujer y yo. Como ya existían competiciones de este tipo en Europa, nos decidimos a cruzar el Mediterráneo al grito de ‘África para nosotros’”.
– “El Dakar no es un juego de destrucción… En el Dakar se arriesga el que quiere”.
– “Frente a los enormes medios que ponen a disposición de sus pilotos las grandes firmas automovilísticas, quiero dar su oportunidad a cualquier gran piloto y acentuar al máximo el aspecto aventurero del rally”.
– “El Dakar es un desafío para los que parten, un sueño para los que se quedan”.