“A veces uno tiene que hacer aquellos que es capaz de hacer. Pero hay ocasiones que las circunstancias obligan a uno ha cometer algunos excesos”. Esas fueron las palabras que empleó Juan Manuel Fangio cuando en una entrevista le pidieron recordar aquella victoria lograda el 4 de agosto de 1957 en el Gran Premio de Alemania de Fórmula 1. Es que aquel día el Chueco derrotó a puro talento a los ingleses Peter Collins y Mike Hawthorn, de Ferrari, y al temible circuito de Nürburgring, donde ya había ganado en 1954 y 1956.
Pero, ¿por qué fue tan importante ese éxito y por qué aún hoy en día se considera a aquella carrera como la mejor en la historia de la F.1? Simplemente, por la manera en la que el Chueco manejó su Maserati 250F para ganar en una de las pistas más difíciles y exigentes del mundo.
Sin dudas, aquel triunfo que logró en el trazado de 22 kilómetros no hizo otra cosa que elevar a Fangio al status de leyenda, algo que el tiempo se encargó de afianzar con un récord de cinco títulos que recién fue batido en el Siglo XXI por el alemán Michael Schumacher.
Promediando la competencia el argentino rodaba en cabeza y les llevaba más de medio minuto de ventaja a las Ferrari. Esa diferencia era necesaria para batir a los pilotos de la Scuderia. Es que la Maserati debía realizar un cambio de neumáticos obligatorio para cubrir los 500 kilómetros del recorrido de la sexta fecha del torneo, algo que los vehículos de Maranello no tenían necesidad de hacer por utilizar una compuesto más duro.
Pero esa táctica que parecía ganadora y que había ideado Guerino Bertocchi, jefe de equipo de Maserati, se desvaneció con un torpe cambio de las ruedas. “En los boxes perdí bastante tiempo. Los muchachos se pusieron nerviosos al cambiarme las gomas traseras. Cuando yo paré en el box tenía 30 segundos de ventaja y cuando volví a la pista estaba 48 segundo atrás de las Ferrari. Y en la vuelta siguiente perdí dos segundos y quedé a 51. Entonces pensé que no iba a ganar la carrera”…
Con Fangio retrasado, Collins se convirtió en el nuevo líder en la 12ª vuelta seguido por Hawthorn, quien dos giros más tarde pasó al frente y dejó a su coequipier como su escudero. Cuando los punteros pasaron por los boxes para cumplir la 16ª ronda su equipo les ordenó moderar el ritmo para asegurarse el triunfo sin castigar demasiado las gomas. Con pocas vueltas para la bandera de cuadros, en Ferrari pensaban que Fangio aún estaba lejos como para poner en riesgo el festejo.
Pero Fangio exigió a su máquina y a él mismo a un nivel jamás antes visto. Marcó tres récords de vuelta consecutivos y en el giro 17 se colocó a 25 segundos de las Ferrari. En ese momento más de uno pensó en aquella frase que había dicho Stirling Moss, uno de sus rivales. “Cuando se corre contra Fangio nunca se sabe lo que puede pasar. Es un piloto que puede ganar una carrera teniendo una desventaja de dos minutos”. El circuito alemán, en el que la destreza y el manejo fino hacían la diferencia, fue el lugar indicado para semejante proeza. Y en la 20ª vuelta, Fangio ya estaba pegado a los autos de Maranello…
El argentino había logrado lo que parecía imposible. En ocho vueltas les había descontado 45 segundos a las dos Ferrari y estaba a tiro de ese triunfo decisivo que le permitiría lograr su quinta corona. Las 100.000 personas presentes en el circuito alemán no salían de su asombro por la tremenda actuación del balcarceño. Sabían que solo era cuestión de tiempo para que superara a Hawthorn y a Collins y se quedara con la victoria y así fue…
A aquella carrera le siguieron otras dos en los circuitos italianos de Pescara y Monza. Y con los dos segundos puestos conseguidos el argentino le puso punto final a la temporada. En julio de 1958, después de terminar 4º en el GP de Francia en Reims, Fangio terminó con su brillante campaña en la Fórmula 1, que incluyó cinco títulos, 24 victorias, 29 pole positions, 23 récords de vuelta y 35 podios.
Al momento de recordar sus triunfos, el Quíntuple siempre puso en el escalón más alto aquel conseguido en Nürburgring en 1957. Y solía resumir con esta frase los motivos: “Yo jamás había conducido de esa manera, pero también comprendí que jamás volvería a hacerlo… ¡Jamás!”.
GRAN PREMIO DE ALEMANIA 1957 | RESULTADOS
1. Juan Manuel Fangio (ARG/Maserati), 3h30m38s8/10
2. Mike Hawthorn (ING/Ferrari) a 3s1
3. Peter Collins (ING/Ferrari) a 35s1
4. Luigi Musso (ITA/Ferrari) a 3m37s1
5. Stirling Moss (ING/Vanwall) a 4m37s0
6. Jean Behra (FRA/Maserati) a 4m38s0
7. Harry Schell (EUA/Maserati) a 6m47s0
8. Masten Gregory (EUA/Maserati) a 1 vta.
9. Tony Brooks (ING/Vanwall) a 1 vta.
10. Giorgio Scarlatti (ITA/Maserati) a 1 vta.
PROMEDIO: 142,937 km/h. RÉCORD DE VUELTA: Fangio, en la 20ª, en 9m17s4/10 a 147,320 km/h. LÍDERES: Hawthorn, de la vuelta 1 a la 2; Fangio, de 3 a 11; Collins, 12 a 14; Hawthorn, de 15 a 20; Fangio, de 21 a 22.