La edición 2021 del Gran Premio de la Comunidad Valenciana quedará en la historia por ser la última presentación del italiano Valentino Rossi, quien así pondrá punto final a su participación en el Mundial de Motociclismo después de 26 temporadas y nueve títulos, siete de ellos en el MotoGP.
Para muchos aficionados este fin de semana la atracción no será el campeón del mundo de 2021, el joven francés de 21 años Fabio Quartararo, sino ver correr por última vez al mito Rossi, de 42 años, que no gana ya, pero mantiene un gran magnetismo.
El piloto que dominó sin oposición toda la primera década del siglo hasta ganarse el apodo de The Doctor, hace mucho que ha dejado de mandar en MotoGP. Tras él llegó el tiempo del español Marc Márquez, siete veces campeón de 2013 a 2019 y quién sabe si para los años 2020 será la época de Quartararo.
Pero el adiós de Rossi centra los focos. Tras su 372º Gran Premio en la categoría reina desde el año 2000 y el 432º a nivel mundial desde 1996, el veterano piloto oriundo de Tavullia le dirá adiós al motociclismo.
Una longevidad récord adornada por un palmarés extraordinario, que incluye un título en 125cc (1997), otro en 250cc (1999) y siete en la élite: uno en 500cc en 2001, y otros seis tras el paso a la denominación MotoGP, de 2002 a 2005 y en 2008 y 2009.
Estos últimos años en cambio no quedarán para los anales con una 7ª plaza en 2019, una 15ª en 2020 y por ahora una 20ª en 2021, tras ser relegado a la escudería satélite Yamaha-SRT a principio de temporada. Su mejor resultado es un octavo puesto en la peor campaña de su carrera, la primera sin podio.
Rossi deja pues una disciplina en la que ya no podía brillar, pero en la que seguirá omnipresente como jefe de un equipo con la llegada de la VR46 a MotoGP, nueva escudería satélite de Ducati.
También seguirá presente como mentor de pilotos formados en su academia, empezando por Francesco Bagnaia, Franco Morbidelli o Luca Marini, su hermanastro.
En resumen, seguirá presente en los corazones de sus fieles partidarios, pero también de los jóvenes pilotos que crecieron con él como referente.
TRES PREGUNTAS AL DOCTOR
-¿Qué sientes a tres días de la última carrera de tu campaña?
-El momento más duro ya pasó: cuando tomé la decisión de parar. Intenté mantener las cosas normales, pero no fue posible. Recibí muchísimos mensajes de antiguos y actuales pilotos. Hay mucha emoción, sobre todo hoy cuando veo todas mis motos una al lado de otra. Normalmente estar en Valencia es especial porque significa que llegan las vacaciones. Ahora, sé que a partir del lunes será diferente, será una nueva vida. Pero, intento no pensar demasiado en eso, también porque voy a seguir pilotando, coches, voy a seguir en los circuitos. Intento disfrutar este momento, ya que el capítulo se cierra. Ahora quiero disfrutar de la vida y voy a ser padre el próximo año.
-¿Qué es lo más positivo de tu campaña?
-Lo más positivo es haber llevado a mucha gente a seguir la MotoGP. El deporte ha crecido, es más importante, mejor y más conocido en el mundo entero. Está bien poder decirme que me he convertido en algo diferente, como un icono. Es un gran placer. Aunque en un piloto lo primero que se mira son los resultados, lo mejor que me ha pasado es eso. Estoy orgulloso de ello.
-¿Te arrepentís de algo?
-He peleado mucho para lograr un décimo título. He seguido teniendo un buen nivel incluso después de mi último titulo en 2009, hace una eternidad. Me hubiera gustado ganar en 2015 por ejemplo, para estirar el periodo entre mi primer título y el último, pero también porque el décimo habría cerrado el círculo, pero así son las cosas. No puedo quejarme, he tenido una larga y bonita carrera. No quiero cambiar nada. A veces, he estado cerca del final, especialmente en 2012. No sabía si tenía la fuerza de seguir y de luchar por el campeonato, por victorias. Pero, finalmente seguí por otros diez años. Incluso las historias sin fin tienen uno y es mejor así.