Las fotos de esta nota se realizaron con un Motorola Edge 20 Pro.
Los ‘70 fueron una época de cambio y crecimiento en muchos aspectos. El mundo del automóvil no fue la excepción y en Argentina, una empresa llamada Expo Rueda marcó la diferencia con el primer convertible de tamaño grande construido en el país. Se trató del Torino Industrias Winograd Limited Edition, más conocido por sus siglas TIWLE.
El proyecto, que nació a partir de unidades Torino de serie, tanto usadas como nuevas, se realizó en colaboración con IKA-Renault, que construyó la primera unidad prototipo en la planta de Santa Isabel. La producción de los fuera de serie quedó a cargo de Elvio Winograd, quien se destacó por su habilidad y creatividad a la hora de transformar vehículos.
LA HISTORIA DEL TIWLE
El TIWLE fue oficialmente presentado como Pace Car en la largada de los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires de la Temporada Internacional 1971, con Juan Manuel Fangio y Gigi Villoresi dando la vuelta previa en su interior.
La transformación más importante del Torino fue la incorporación de una capota absolutamente hermética operada desde el interior del auto. El accionamiento podía ser hidráulico o manual y, una vez rebatida, se alojaba en el asiento posterior sacrificándose una de las tres plazas traseras. Winograd realizó exhaustivas pruebas de estanqueidad de la capota que se ofrecía con garantía de funcionamiento.
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El diseño exterior se destacaba por los faros delanteros verticales de origen Mercedes-Benz (W114/115), una nueva grilla en el frontal, llantas de magnesio, pasaruedas traseros de dimensiones mayores y faros traseros de origen Opel Commodore. Años más tarde, los faros traseros fueron remplazados por los acanalados de Mercedes-Benz.
Para mantener la rigidez estructural de la carrocería, afectada por el corte del techo, se realizó un nuevo chasis de tipo tubular y triangulado. Esta nueva estructura, construida en tubos de acero sin costura, recorría longitudinalmente el vehículo y pasaba debajo de los zócalos de la puerta de manera de no alterar el acceso al habitáculo.
200.000 KILÓMETROS DE PRUEBAS
La solución fue creada por los ingenieros de IKA-Renault y se comprobó su efectividad después de recorrer más de 200.000 kilómetros en forma experimental con el primer prototipo sin que sufriera deformaciones.
El TIWLE se convirtió en un vehículo altamente personalizable, gracias a una larga lista de opcionales que permitían a los clientes elegir entre múltiple especial, carburador Holley o Weber, cubiertas especiales, estéreo, antena eléctrica, colores exclusivos y cinturones de seguridad tipo arnés.
La transformación del Torino podía ser completa o parcial y los clientes podían optar por modificar sólo la trompa a un costo cuatro veces menor que la conversión total. En el caso de los autos usados, los trabajos se realizaban en forma excluyente en aquellos que no tuviesen una antigüedad superior a los dos años y presentaran un muy buen estado general.
En 1973, se presentó una versión renovada del Torino convertible que respetaba el diseño original del casco del automóvil, pero incluía una capota con un mecanismo hidráulico y automático. Entre los detalles estilísticos distintivos se encontraban faros auxiliares delanteros, tres faros redondos en la parte trasera, llantas deportivas y una franja decorativa lateral tipo rally.
LA LLEGADA DE LA TIWLE CIERVO
Después del modelo TIWLE, Winograd creó versiones especiales del Torino utilizando carrocerías de techo rígido de serie. Estos modelos se comercializaron a partir de 1974 bajo la denominación de Ciervo y se basaron en los modelos TS/GS cupé y Grand Routier sedán de cuatro puertas. Las transformaciones en la carrocería eran similares a las del convertible, con faros originales de Mercedes-Benz en la parte delantera y trasera, parrilla del Torino SE/Grand Routier con faros auxiliares rectangulares y llantas especiales.
Las modificaciones no se limitaban al aspecto estético, sino que también incluían equipamientos exclusivos como caja automática importada con comando al piso, frenos de disco en las cuatro ruedas, parabrisas triple, equipo de audio estereofónico con parlantes incorporados, antena eléctrica, aire acondicionado, escape potenciado, levantavidrios eléctricos, dirección hidráulica, suspensión con amortiguadores regulables, techo corredizo (en la cupé), tapizado en cuero y baúl alfombrado.
La agencia Juan Winograd, de Vicente López, se encargaba de la comercialización de estos vehículos personalizados. Como se trataba de construcciones artesanales y por pedido, no se tiene registro exacto de cuántos vehículos se fabricaron, aunque se estima que alrededor de 30 unidades se entregaron hasta que cesó su producción en 1976.
SER DUEÑO DE UN TORINO CONVERTIBLE
Por su escasa producción, los Torino convertibles son toda una rareza. Eso fue lo que sedujo a Gustavo Tassitano, quien hace cuatro años adquirió uno modelo 1975 a través de Mercado Libre. Desde entonces lo está restaurando junto a Franco, su hijo que es tan fanático como el de los muscle cars.
Aunque en los papeles no figura que este auto pertenezca a la serie realizada por Winograd, los refuerzos internos que tiene abajo hacen suponer que se trata de una de esas unidades fuera de serie. “Es un auto que ya tiene 40 años y si no estuviese bien reforzado, ya se habría partido. Este vino sin capota y por lo que tengo entendido, hubo cinco o seis de este tipo”, le dijo Gustavo a Automundo.
“La gente cuando lo ve se vuelve loca… Me sacan fotos y después lo comparten en grupos de fanáticos del Torino. Por supuesto, están aquellos que lo aman y los que lo odian. Para mi es un placer tenerlo. Es un coche que lo usamos mucho para pasear. La sensación de manejarlo es única”, agrega.
Amados y odiados, el TIWLE y el Ciervo son recordados como ejemplos únicos de la creatividad y habilidad de los fabricantes argentinos de automóviles de la época.