Tras la consagración en 2021 del español Pepe Oriola como primer campeón del TCR South America, la joven categoría sudamericana consagró en 2022 a su primer monarca oriundo de la región. Se trata del argentino Fabricio Pezzini, quien conquistó la corona sobre un Lynk & Co del PMO Motorsport.
“El TCR South America me recibió con los brazos abiertos. Cuando llegué no tenía mucha idea con lo que me encontraba porque estaba inmerso en el mundo de otra categoría. El año pasado llego de la mano de Tito Bessone y cuando subí al auto y lo manejé quedé fascinado y enamorado del concepto de la categoría”, confesó Pezzini.
“En 2021 gané en Alta Gracia y Concepción del Uruguay y ahí nos embarcamos en esta aventura porque con mi familia decidimos apostar al TCR. Esto se debe a Tito Bessone, a Pablo Otero, dueño de PMO Motorsport; a Quique Mansilla, responsable del equipo; y a mi esposa que, finalmente, fue la que me terminó de convencer para estar acá… Para mí es cumplir un sueño porque a los 43 años no habían tenido ningún título y recién ahora pude lograrlo y encima un título internacional”, añadió el puntano.
Al momento de profundizar sobre las características del TCR, Pezzini no lo duda: “El sistema que tiene me parece perfecto porque a esta altura de la vida ya no tengo ganas de discutir si un auto tiene más o menos potencia. Ya no se habla de maniobras y de automovilismo puro y el TCR es una plataforma que da la posibilidad de que un mismo reglamento se use en todo el mundo. Esto significa que si el año que viene tengo la posibilidad de correr en el TCR Europeo, voy a correr con el mismo reglamento que tenemos acá. Eso está bueno y por más que venga cualquier piloto el reglamento es uno solo y no se puede modificar. Para mí eso es fundamental para el éxito de la categoría”.
Si se llega la posibilidad de competir en el exterior, Pezzini ya aseguró que continuará con la costumbre que tuvo este año: viajar con toda la familia. “Sin ellos no iría porque este premio es gran parte de ellos. Yo hago lo que me gusta, que es manejar el auto de carrera; pero mi señora, mis hijos y toda mi familia no tiene mi misma pasión y que todos ellos dejen muchos cosas de lado y para estar junto a mi es todo. Ellos no disfrutan lo que yo disfruto y eso es un doble mérito para ellos porque el apoyo de los seres queridos en un deportista es fundamental. Hoy, gracias a Dios y luego de sacrificio y perseverancia, puedo devolverles un poquito de alegría, después de tantas tristezas que han pasado”.