Indignado. Así se lo notó al arquitecto Leonardo Stella durante la charla que mantuvo con Automundo. Y no es para menos. El circuito que diseño estuvo en el ojo de la tormenta después de un insólito suceso durante la carrera de la TC Pick-Up del domingo cuando tres camionetas se pegaron contra el paredón de la última curva y dejaron expuestas ciertas falencias en el aspecto de la seguridad.
Durante la primera vuelta de la carrera, que ganó Diego Ciantini y consagró a Juan Pablo Gianini como campeón, tres camionetas se despistaron en la última curva y se fueron derecho hacia un paredón protegido con gomas.
Javier Jack y Mario Ferrando fueron los primeros en llegar al muro y desparraman los neumáticos; mientras Mauricio Selva le pegó de lleno al guard-rail, ya sin la “contención”. No fueron impactos violentos, pero alcanzaron para exponer la deficiente seguridad, al menos en ese sector.
“Pasamos de tener el circuito más seguro de Latinoamérica al más inseguro así como así, con un solo golpe…”, dice del otro lado del teléfono Stella, antes de explicar ciertas cuestiones que no hacen más que revelar la ineficacia de aquellos que organizan carreras de autos.
Stella, que también es piloto, decidió hacer un trazado exigente pensando en un proyecto que tenía el gobierno de San Juan, traer a la IndyCar de Estados Unidos. Sin esa posibilidad, se intentó tener actividad internacional de la mano del WorldSBK, que ha incluido la pista en su calendario desde 2018 (en 2020 la carrera no se hizo por la pandemia de coronavirus).
“No es que sea un motódromo solo para las motos, se hizo para cualquier categoría y especialidad… Se dicen muchas cosas que no son verdad, como que los TC no pueden doblar…”, aclara.
Con el fin de recibir a lo mejor de lo mejor, El Villicum ha sido homologado por la Federación Internacional de Motociclismo y también por la Federación Internacional del Automóvil, que le otorgó el Grado 2. Incluso pudo haber sido escenario de una fecha del Mundial de Resistencia sino fuese porque los organizadores del torneo consideraron que la infraestructura de la ciudad no estaba acorde al certamen.
“Lo que ocurrió no fue un por un tema de aprobaciones de FIA, ni porque el circuito sea malo, sino porque las categorías que hay acá son mediocres y trabajan de esa forma”, explica Stella, antes de meterse de lleno en lo sucedido el último domingo.
“Ese mismo día le pregunté a Fernando Miori, de la ACTC, porqué no hacían el circuito como debe ser y me respondió que era porque si se les iba algún auto no los podían controlar por la gran cantidad de vehículos que tiene el TC…”, reveló.
Respecto al choque de la vuelta inicial de la TC Pick-Up afirmó: “No es que los neumáticos volaron porque estaban sueltos. Estaban enzunchados como corresponde, pero en esa zona están preparados para absorber un impacto de un auto que le pega a 70 grados y no a 12 grados como ocurrió con las camionetas. Ese impacto rompió los zunchos… Tal vez deberían haber estado más reforzado, incluso contra el paredón y el guard-rail”, apunta.
“El día anterior había advertido que algo de esto podía pasar porque las camionetas pasaban cerca del paredón… Vi el accidente desde la tribuna y pensé que alguno de los pilotos no iba a bajar. Fue un golpe con suerte. Estuve todo el lunes inspeccionando el circuito y esa zona en especial y el guard-rail estaba un poco abollado por el impacto”, añadió Stella, que afirma que ese sector es uno de los más peligrosos de la pista.
“Si ya es difícil haciéndolo como se debe, imaginate si lo hacés todo por afuera. Es verdad que el circuito es muy exigente, que exige mucho a los pilotos y también a los autos, pero son las reglas del juego. Es igual de difícil para todos”, insiste.
Stella tiene claro que esta situación se ha producido por la desidia de las autoridades que permiten que los vehículos transiten por cualquier lado. De hecho, en su afán de hacer rápida esas curvas complicadas los vehículos transitan por zonas pintadas que tienen menos grip que la propia pista. “Por eso mismo hacen los sobrepianos lo más amplio posible y eso es un locura”, dice el arquitecto, que aclara extremar la seguridad en la última curva no es demasiado complicado y se puede resolver rápidamente.
Para evitar que esta situación se repita en el futuro tiene una solución: colocar en varios sectores pianos más grandes, reductores y las llamadas “bananas disuasorias”, que son unos elementos que se colocan en las vías de escape para evitar que se usen como pista. “Todo eso es un trabajo de solo una semana”, avisa el Stella, que quiere que el circuito que diseñó sea recordado por ser el más difícil de Latinoamérica, pero también el más seguro.
La verdad es que es feo el trazado, casi sin puntos de sobrepaso y con muchos lugares para ir por afuera de la pista.
No tiene punto de comparación con el Zonda.
Saudos
El circuito es una porquería, será muy lindo para motos pero para autos horrible no podían ir dos camionetas a la par. Y TODO POR CULPA DE POLÍTICA Y LA CORRUPTA ACTC !!
Las gomas salieron volando como en Balcarce Veremos que mentira usaran para tapar esto.
A los nostálgicos de vaya a saber que !
No les gusta el circuito, prefieren el de 9 de julio que es lo más obsoleto que existe.
Y otro nos comunica que el problema es la política (sic).
Y el diseñador del circuito nos dice que los neumáticos estaban bien zunchados ( si como no !)
Cuánta confusión que hay para que en el siglo XXI sigamos debatiendo cuestiones básicas de seguridad